9 abril: En blanco y negro

Ya que Venus ha pasado recientemente por delante de las Pléyades y el Pisuerga por Valladolid, os recuerdo que hoy es Jueves Santo.

En otras circunstancias, estaríamos iniciando el periodo vacacional más corto, pero más intensamente disfrutado, de todo el año.

En esta ocasión todo es distinto, los bares, restaurantes, cines y espectáculos permanecen cerrados, y la gente recogida en sus hogares.

Sin embargo, quienes nacimos antes, o a los inicios del “baby boom”, sí que conocimos Semanas Santas similares a la que sufrimos.

La dictadura proscribió el regocijo en tiempo de Pasión, así que, como ahora, se imponía la clausura del ocio por decisión gubernativa mientras que la televisión nos deformaba con la reiteración de títulos como Ben-Hur, Los Diez Mandamientos, Quo Vadis o la producción autóctona Marcelino Pan y Vino. Cuando llegaba la penumbra del crepúsculo, la gente se echaba a la calle, pero no para gozar en alegre compañía, sino para compartir el dramatismo procesional.

Eran tiempos, en fin, de blanco de alba litúrgica y negro de fascismo. Mortecinas tonalidades, por cierto, en algún modo remedadas por la Pascua de este año; nada polícroma, solo coloreada por el amarillo de las “fake news” y el azul del tardofranquismo.