9 abril 2023 (2): Sombras chinescas

Mientras el Papa faltaba al acostumbrado Via Crucis del Viernes Santo por transitar el suyo particular de la decrepitud, los líderes europeos, ¡ay, estos tiempos del laicismo!, procesionaban por la ruta de la seda con destino la nueva tierra santa de los inventores del papel... digo, de la pólvora.

Primero fue nuestro inefable Sánchez el que amonestó al chino, conminándolo a que se deje de tanto rendibú con el zar de todas las rusias y que se aproxime al que fuera actor cómico; aunque, la verdad, va a ser un interlocutor difícil, de gesto tan amargo como el que se suele gastar su vecino y enemigo acérrimo. A nuestro presidente le han seguido otros miembros destacados de la cofradía europea: Macron y von der Leyen. El primero, poco cuidadoso con los epítetos, le ha espetado al estoico amarillo que haga entrar en razón al psicópata que tiene por amigo y la segunda... qué sé yo lo que le habrá dicho porque, después de los exabruptos que dedicó al oriental desde Bruselas, presumo que el encuentro fue tan caluroso como los míos con mi dentista.

Mientras tanto, no sé si en coordinada estrategia con los de la UE y haciendo de "poli malo" (¿todavía más?) o con el deliberado propósito de mandar al traste cualquier intento de mediación pacifista, los norteamericanos siguen personándose en Taiwan y los taiwaneses en América, ¡Jesús, María y José, que les pongan oficina en Taipei! Y, claro, tras esto que los chinos consideran grave incidente diplomático, han empezado maniobras militares alrededor de la isla en disputa.

Para recargar aún más el churrigueresco escenario internacional, el que llamo Ukranleaks ha añadido una voluta más a la arquivolta de la nueva guerra; no sé si fría, caliente o a la temperatura precisa para confitar el estado de extrema inestabilidad que viven las relaciones internacionales. Resulta que alguien ha publicado numerosos pasquines (sí, en soporte de papel) supuestamente súper secretos, pero de los que al parecer estaban en posesión cientos, si no miles, de altos funcionarios norteamericanos, por lo que se ve alérgicos a las nuevas tecnologías y partidarios de imprimirlo todo. En los citados textos se explicita toda la estrategia que se iba a seguir para la reconquista ucraniana de los territorios ahora ocupados, así como detalles sobre la logística de las armas. Por supuesto que, para no perder de vista al verdadero contrincante, estos documentos también contenían información sobre China y sus maquiavélicas conjuras.

A la vista de todo esto, parece que la nueva confrontación Este-Oeste se deja de los afectados ademanes de otros tiempos y se olvida de la diplomacia, igual aprendiendo de lo arrabalero de las cámaras legislativas españolas, para apuntarse a la bronca y a eso de "yo la tengo más larga". Aunque, pensándolo mejor, las pretendidas conminaciones de los europeos al chino me resultan muy poco creíbles, si realmente se comportaron como los medios occidentales afirman, me parecen tan insensatos como mi amado perrito Rusty, que se pone flamenco ante canes que cuadruplican su peso. Por el contrario, barrunto que sus viajes poco tuvieron que ver con la contienda en territorio europeo y mucho con afianzar los intereses comerciales de los unos y de los otros. También soy escéptico con la torpe revelación de los secretos militares yanquis, es posible que se trate de una comedia de enredo; vamos, que los papelotes exhibidos con tan poco pudor pueden ser más falsos que los décimos del tocomocho.

Así que volvemos a lo de siempre: que en estos tiempos líquidos que nos están tocando vivir, discernir la mentira de la verdad es tarea harto enojosa y, se pongan los recursos que se pongan, de conclusión dudosa. Ya lo profetizó la inolvidable serie satírica de la guerra fría “Superagente 86”: todo esto es cosa del “recontraespionaje”.