9 abril 2023 (1): Al nacionalcatolicismo le salen herejes

Estamos en tiempo de brujas, ahora curiosamente conservadoras, que montan sus aquelarres reaccionarios en olor de santidad y curando a desviados, rojos y maricones, por la milagrosa imposición de manos. La experiencia parece haber tenido éxito, es una buena idea no diferenciar los mítines políticos de los servicios religiosos, después de todo en ambos casos se convoca a los elegidos, a quienes por la gracia divina les han sido dados todos los privilegios en esta vida y reservado el paraíso en la otra; vamos, a las "gentes de bien" que decía el otro. Así estos piadosos pueden ahorrar tiempo y esfuerzo quedando en paz con dios y jaleando a las lideresas hasta desgañitarse a la misma hora y en el mismo lugar; porque los que boquean estruendosamente contra Satanás y el Coletas (no sé, pero me da que el segundo debe ser el Anticristo) son gente muy ocupada y así disponen del resto de la semana para sus negocios de amiguetes, las complejas operaciones financieras con destino a los otros paraísos, los fiscales y, si se tercia, para echar una cana al aire con alguna desarraigada; después de todo, a los evangelistas solo los salva la fe y las acciones les importan un pimiento, y a los católicos les blanquea el curriculum pío el santísimo sacramento de la confesión.

Claro que la maniobra tiene sus problemas. De un lado, se da la infortunada circunstancia de que la mayoría de los protestantes ibéricos son latinoamericanos de origen, escasos de recursos, a los que el programa de gobierno de los hechiceros políticos convocantes los maltrata; mucho habrán de insistir para persuadirles de que, como compensación a tanta desventura terrenal, en el fin de los tiempos estarán entre los ciento cuarenta y cuatro mil que vayan a ocupar la privilegiada platea a la derecha del padre. Yo no me fiaría, sin contar los humanos fallecidos desde Adán y Eva y los que aún no han nacido, ya somos más de siete mil millones de almas; así que haciendo unos números, que es a lo que recurrimos los que no estamos iluminados por la luz de la gracia, eso de ir al cielo y mirar con deleite cómo arden los de abajo es tan difícil como que te toque el gordo de la lotería.

Y del otro, y es lo que más debería preocupar a los saltimbanquis de la propaganda con esta cabriola electoralista, la alianza con los farsantes de las apariciones, los desmayos y los aspavientos ha de haber irritado a la Santa Madre Iglesia Católica, esa que bendijo la Cruzada franquista contra los ateos colectivistas, hoy sigue defendiendo las posiciones políticas más conservadoras a capa y espada con sus potentes medios de comunicación y puede ver peligrar su monopolio de privilegios fiscales y regalías económicas. Además, no hay que olvidarlo, el Concilio de Trento envió a Lutero y a todos los demás reformistas a las calderas de Pedro Botero por herejes irredentos.

Así que los ideólogos de la estratagema tienen un buen marrón del que desembarazarse. Yo los visualizo como al rey Salomón, con el chiquillo en brazos y sin saber a qué madre lo entregan. Claro que lo tienen peor que aquél, porque en este juicio las dos querellantes son predecesoras putativas, y ninguna de las dos va a ceder ante el riesgo de perder al retoño.

Barrunto que, cuando llegue la hora de la verdad electoral, los remilgados meapilas se olvidarán de las supercherías y los prodigios foráneos y apostarán por los autóctonos. Y es que, hoy que es domingo de Resurrección, reparo en que con los protestantes, enemigos declarados de la imaginería, el enorme negocio de la Semana Santa se iría a pique, y no se puede jugar con las cosas de comer.