7 noviembre 2021 (2): El tren de alta velocidad que llegará muy, muy despacito
- Javier Garcia

- 7 nov 2021
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Esta semana veíamos al alcalde de Bilbao "indignadito" porque había sabido por la prensa la propuesta del ministerio madrileño para construir una estación provisional del TAV en Basauri. Desde allí se procedería a un transbordo para llegar a la estación término de Abando.
Claro que todo esto no sucederá hasta 2027 (habría que añadir "en el mejor de los casos"), mientras que la solución definitiva, que involucra una obra de proporciones colosales y grandes afecciones a la vida cotidiana de los bilbaínos por largo tiempo, tal vez no llegaría antes de bien entrada la próxima década.
Desalentador paisaje, si se tiene en cuenta que eso de un transbordo de alta velocidad es un auténtico oxímoron y que, ni siquiera en una década, se vislumbra la posibilidad de que la "i griega" vasca se halle conectada con las grandes capitales (Barcelona, Madrid y París).
Recuerdo aquí algo que ya comenté con ocasión del artículo titulado "Obras faraónicas": que la aprobación del proyecto tuvo lugar en 1989 y el inicio de las obras en 2004. Así que, si todo sale bien, y dados los antecedentes puede que sea imprudente suponerlo, tendremos al malhadado tren uniendo a las capitales vascas en solo medio siglo de nada desde que se lo prometieran a esta paciente y tolerante ciudadanía.
Posando la mirada en el retrovisor, me pregunto cómo aquellos primeros impulsores de este megalómano e innecesario proyecto pudieron "echar p'alante" sin reparar en que no había estaciones que acogieran la llegada del maldito tren, y cómo ignoraron la evidencia de que no habría conexiones que rentabilizaran la inversión por décadas. Ahora, a sus sucesores en la responsabilidad no les queda más remedio que huir hacia adelante porque, después de la fortuna ya enterrada en túneles que solo acogen a murciélagos, viaductos que dibujan una terrible cicatriz en medio de algunos de los lugares más bellos de Euskalherria y vías que se corroen antes de que un solo convoy las recorra, solo pueden continuar con el despropósito.
Sospecho, además, que todos a quienes les ha caído esta pesada losa están convencidos del fracaso comercial de la línea; con recorridos inferiores a los cien kilómetros no hay línea ferroviaria de alta velocidad que pueda competir con los medios de comunicación convencionales. Así que todas las partes remolonean, secretamente prefieren dedicar esos recursos a otros proyectos que les reporten más beneficios electorales y, en su fuero interno, desean que la obra concluya lo más tarde posible, cuando toque a otros acabar el "marrón" y enfrentar el desastre.
Dadas las circunstancias, y pese a que como buen jubilado me encantaría pasearme de Bilbao a Donostia a lomos del nuevo corcel tecnológico, me temo que, con tanta demora, quizá tenga que hacer ese tan postergado viaje inaugural enfrascado en una urna funeraria. Al tiempo.

fortunas enterradas... dices? nada de eso, se han volatilizado en finísimas burbujas del mejor champagne!