6 abril: Lo pequeño es grande
- Javier Garcia

- 10 may 2020
- 1 Min. de lectura
Tener el privilegio de extender la mirada al infinito sin que la interrumpa el edificio contiguo, percibir el irrepetible verde de las hojas recién reventadas de sus yemas, escuchar el frenético griterío, mezcla de gorjeos y trinos, que emiten miles de excitados pájaros (creo que las aves no han conocido mejor primavera desde el inicio del antropoceno), ser gratificado por la sonrisa, entre picarona e ingenua, de un niño, compartir un beso sin remilgos sanitarios... ¡cuántas pequeñas cosas tienen el taumatúrgico poder de hacernos inmensamente felices!
Ahora que el tiempo nos sobra, reparemos en ellas, propiciémoslas

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