30 mayo 2021 (2): ¡Soltad a Barrabás!
- Javier Garcia

- 30 may 2021
- 2 Min. de lectura
Andan los españoles de pura cepa (los demás debemos ser de varietales no autorizadas por la denominación de origen que ellos regulan) indignados con la posibilidad de que el gobierno indulte a los condenados del "procés". Como sus abuelos, cuando se trata de encarar un problema político, prefieren la vía de la represión; así que son partidarios de una justicia punitiva y detractores de cualquier medida de clemencia. Bueno, no siempre, porque cuando ocuparon el poder se significaron como misericordiosos fariseos liberando a los barrabases, convictos de graves delitos económicos y aún de repulsivos actos de violencia de género. Efectivamente, el gabinete de un tal M., seguido de un sonoro apellido gallego, batió el récord de indultos otorgados durante varios ejercicios consecutivos. Por cierto, que en aquellos casos no tuve ocasión de escuchar reproche alguno de parte de los saduceos del poder judicial, tan beligerante ahora, hasta el punto de inmiscuirse formulando consideraciones políticas del todo impertinentes.
Desgraciadamente, esos caifases no están solos, cuentan con la inapreciable ayuda de algunos decrépitos judas socialistas que, la verdad, aún no entiendo cómo todavía no han sido expulsados de una organización de la que discrepan en la esencia ideológica y a la que ponen todas las zancadillas que sus desgastadas articulaciones les permiten. La cúspide de la desvergüenza la ha alcanzado un par de ex ministros, condenados en firme por horribles delitos vinculados al terrorismo de estado que, ni cortos ni perezosos, han afirmado que sus indultos y los que ahora se piden se parecen como "el huevo y la castaña". Pues miren, va a ser que sí, que tienen toda la razón, porque los suyos hicieron escarnio de las víctimas mientras que los hoy propuestos tienen el propósito de contribuir a la concordia.
A pesar del vocerío destemplado, lo cierto es que el indulto es la única opción que resta para descolocar a los incondicionales del "cuanto peor, mejor" y poder así dar oportunidad a los partidarios del entendimiento para que inicien el diálogo que, hace ya unos cuantos años, debiera de haberse emprendido. Eso, por supuesto, no exime a nadie de la responsabilidad política por las decisiones no conformes a derecho ni garantiza el éxito de la negociación o la consecución de los objetivos últimos de ninguna de las partes. Pero, al menos, hará la convivencia más fácil y las autoridades podrán concentrarse en resolver los gravísimos problemas económicos y sanitarios que estamos enfrentando.
Pese a estas obviedades, "el trío de la bencina" incendiaria promete manifestarse de nuevo y, en esta ocasión, guiados por la Rosa de los vientos cambiantes. Que tengan cuidado, porque del anterior terceto ya cayó uno de los virtuosos y ahora podría ocurrir que se descartara su instrumento y todo quedara en un dueto de broncos bajos. Lo harán, como siempre, en la Plaza de Colón. Mira que si el análisis en curso del ADN del insigne marino demuestra que Don Cristóbal era catalán...

Mientras tanto, en la plaza de Colón se grita con determinación ¡Qué les corten la cabeza! Grita la Reina de Corazones, ¡más madera, es la guerra! clamaba Marx, Groucho. ¡Cuanto peor, mejor para todos!, vociferaba el afamado filósofo Don Mariano R........
como decía aquel, lo que me pide el cuerpo es que se pudrieran en la cárcel pero no por separatistas si no por señoritos nazis (tendrías que oírlos hablar en privado acerca de los ñordos o colonos, que es como ahora llaman a los emigrantes, para saber qué calaña de gentuza son)