top of page

30 enero 2022 (2): Coitus interruptus

  • Foto del escritor: Javier Garcia
    Javier Garcia
  • 30 ene 2022
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 14 feb 2022

A este tiempo que nos está tocando vivir lo caracterizan la poca franqueza, el postureo propio de la corrección, la indecisión, los amagos, los compromisos incumplidos y la escasa materialización de los objetivos propuestos.

Ahí tenemos a la tímida reforma de la ley laboral aparcada, no por la roma derogación de unos pocos artículos de la del PP de 2012, ni porque el empresariado o los sindicatos se hayan opuesto, sino por no se sabe qué agravios a las normas laborales de carácter autonómico. Tampoco parece que el reparto de los recursos procedentes de los Fondos Europeos Extraordinarios vaya a ser un camino de rosas; es más, uno empieza a pensar que, una vez judicializados, tal vez lleguen demasiado tarde o que, incluso, se demande su devolución ante la incapacidad de llegar a un acuerdo de distribución. Igual de eternamente diferida se muestra la vuelta a la normalidad endémica, empeñadas como están nuestras autoridades en no arriesgar ni un solo voto, aunque eso suponga añadir cotas adicionales de sufrimiento y precariedad a la vida de millones de personas. Hasta los matrimonios reales (perdón, porque los interfectos ya no pertenecen a la Familia Real) se separan a medias, solo un poquito, vamos, porque han acordado, según algún abogado que vela por su buen nombre, "el cese temporal de su convivencia".

Menos mal que lo dubitativo de nuestra dirigencia tiene algunas cosas buenas. Ahí está la guerra de Ucrania, muchas veces anunciada, pero hasta ahora en otras tantas ocasiones desmentida. Aquí los actores se están entregando a un complejo juego de "relatos" (cómo gusta en estos tiempos este palabro y qué poco importa lo que realmente encubre) del que ya casi nadie entiende nada. Mientras que quienes ven el posible conflicto de lejos avisan de la inminencia e inevitabilidad del choque armado, las supuestas víctimas de la agresión han pedido que se no tense la cuerda y los pretendidos agresores afirman que nunca desencadenarían una conflagración bélica contra sus hermanos eslavos. Todo ello, claro, no es óbice para que el Zar de Todas las Rusias (ojo al título tácitamente pretendido, que lo dice todo) tenga desplegado un temible ejército en las inmediaciones de la frontera con Ucrania y coloque un gigantesco escudo de defensa antiaérea en la hermana República de Bielorrusia. Entretanto, los otros que tal bailan, los "buenos", nosotros, nos apresuramos a acercar soldados, aviones y hasta una fragata de saldo a las inmediaciones de la zona caliente, sin que por allí se nos haya perdido nada, bueno sí, el gas que no recibiremos y que deberemos comprar al "amigo yanqui" a precio de caviar ruso.

Total, que la excitación está llegando a su paroxismo, y cada vez va a ser más difícil la "marcha atrás". Desgraciadamente, alcanzado el orgasmo de la maldad, no se derramaría el vivificante semen sino la sangre de los inocentes que, os aseguro, nos manchará y avergonzará a todos, es mucho más difícil de disimular que el incoloro esperma y su marca será indeleble, como cualesquiera otras atrocidades que en el mundo han sido. Ojalá que dentro de unos días solo ocupen los titulares de los periódicos las bajas pasiones de quienes fueran altezas, ajado su amor tanto como sus rostros, y los señores de la guerra se guarden sus infernales máquinas de matar. De la reforma laboral , del reparto de los ansiados Fondos y de la aceptación de la convivencia con la pandemia ni hablamos, seguirán como siempre, en un impasse inacabable.

 
 
 

Entradas recientes

Ver todo
30 noviembre 2025 (2): El bazar en la red

Como hace tiempo que había dejado de prestar atención a las redes sociales, casi me había olvidado de la enorme capacidad de creación de negocio que fluye digitalizada. Es por eso que me ha pillado de

 
 
 
23 noviembre 2025 (3): Tsunami de despropósitos

El mismo día que el fiscal general del estado era insólitamente condenado por una filtración informativa, cuyo origen en la acusación pública no parecía evidente, salvo para el tribunal que lo juzgó,

 
 
 

Comentarios


Formulario de suscripción

688806378

©2020 por El observador inercial. Creada con Wix.com

bottom of page