top of page

30 enero 2022 (1): De discrepantes, oficialistas y sus subespecies

  • Foto del escritor: Javier Garcia
    Javier Garcia
  • 30 ene 2022
  • 4 Min. de lectura

Hace exactamente ocho días Bilbao fue testigo de la primera manifestación vasca multitudinaria en contra de las medidas profilácticas anti COVID vigentes, adoptadas por las administraciones española y vasca. Y, solo unas pocas horas después, el pasado domingo, las tres capitales de la CAV vivieron grandes concentraciones de sanitarios y pacientes protestando por el estado penoso de la sanidad en Euskadi.

Este es, sin duda, un gran giro en la narración de la crisis que nos asola desde hace casi dos años. Porque, hasta ahora, la carga de la prueba de un comportamiento cívico ante la pandemia pesaba sobre la ciudadanía, sospechosa de conductas irresponsables y exigida, una y otra vez, a proceder con la prudencia de la que, al parecer, carecía. Estas dos manifestaciones significan, simple y llanamente, que la gente, exhausta ante unas medidas que perjudican notablemente la calidad de vida y ponen en peligro sus empleos, y harta de ser el saco de los golpes, ha tornado su mirada acusatoria hacia los responsables de unos gobiernos que no han gestionado el problema con la diligencia que se requería ni dedicado los recursos necesarios para luchar contra esta terrible crisis sanitaria. Veremos si el enfado popular sirve para que algunos se pongan las pilas, abran las puertas de sus torres de marfil y respiren el aire cargado del estado de ánimo de sus administrados.

Sería incurrir en un gravísimo error achacar esas movilizaciones a la acción extremista de los negacionistas o de los antivacunas. Haberlos los hay, claro, pero tengo la convicción de que constituyen una exigua minoría de conspiranoicos supersticiosos con escaso peso social en este país. Por el contrario, creo que quienes engordaron las movilizaciones del pasado fin de semana pertenecían a un amplio espectro de los que yo denomino discrepantes. Es decir, gentes que no comulgan con el discurso oficial con el que nos han venido martilleando hasta la extenuación, personas que ponen en cuestión las medida adoptadas y las sopesan a la luz de las libertades conculcadas, concluyendo que sus posibles efectos positivos sobre el control de los contagios son hoy superados con creces por los "daños colaterales" causados: debacle en la atención sanitaria primaria, desatención de las enfermedades crónicas más graves, expansión sin control de las dolencias mentales y estigmatización de los sectores vinculados al ocio, al tiempo que se obvian los riesgos a los que se ven expuestos los trabajadores de la industria y sus servicios.

Por supuesto que no se trata de un grupo fuertemente cohesionado. Así que tampoco se debe maliciar que lo constituyen colectivos exclusivamente relacionados con la extrema derecha o al nacionalismo radical porque, por más que efectivamente estos se cuenten entre los protestantes, sospecho que la mayoría de quienes ahora han mostrado su hartazgo en la calle comulgan con las corrientes políticas vascas mayoritarias, movilizados por muy variadas razones: ser víctimas del caos sanitario, del cierre de la hostelería o, más genéricamente, del estrés causado por las limitaciones a la libertad, largamente padecidas.

Esta compleja amalgama de quienes han puesto su proa contra la corriente dominante no difiere en su heterogeneidad de la que constituye el amplio grupo de los oficialistas. Así, los que defienden la gestión de las administraciones y la normativa impuesta lo hacen desde consideraciones e intereses igualmente variados. Los hay, por supuesto, que soportan estoicamente esta difícil situación sobre la base de un civismo innegociable, pero creo que también se cuentan en número significativo quienes simplemente proceden desde la corrección política o por temor al qué dirán. Y concluyo, existen los que yo llamo oficialistas a la carta; o sea, esos que aceptan y cumplen con la normativa que perciben más tolerable, mientras que infringen aquellas reglas que les son más antipáticas. Quiero decir que conozco quienes se niegan a vacunarse, pero ellos y sus familiares portan un par de mascarillas: una FFP2 y otra de las de uso sanitario, mientras reprueban a los que visten la prenda profiláctica mal colocada.

En fin, que lo que creo es que la terrible prueba que todos estamos pasando nos está llevando al límite de lo soportable, con el riesgo de que se produzcan fracturas sociales difíciles de restañar. Apelo, pues, a las distintas autoridades para que sean conscientes de que es el tiempo de reforzar el sistema sanitario, seriamente cuestionado, y de "endemizar" la infección que hasta ahora ha sido tipificada y enfrentada como pandemia. Estoy seguro de que se puede hacer sin perjuicio del control de esta maldita enfermedad y, desde luego, con gran provecho de la ciudadanía, que tiene derecho a recuperar la alegría de vivir. Tal decisión no sería un dislate (empieza a parecerlo la opción contraria) y ya tiene numerosos precedentes en países nada sospechosos de ser menos previsores y sociales que el nuestro: así lo han entendido en Reino Unido y Francia, donde desaparecen todas las limitaciones a excepción del uso de la mascarilla en recintos cerrados, y en Dinamarca que, con altas tasas de contagio, pero con una drástica reducción en el número de enfermos graves, van a eliminar todas las restricciones, incluyendo el uso obligatorio de la mascarilla en cualesquiera espacios, a partir del 1 de febrero.

 
 
 

Entradas recientes

Ver todo
30 noviembre 2025 (2): El bazar en la red

Como hace tiempo que había dejado de prestar atención a las redes sociales, casi me había olvidado de la enorme capacidad de creación de negocio que fluye digitalizada. Es por eso que me ha pillado de

 
 
 
23 noviembre 2025 (3): Tsunami de despropósitos

El mismo día que el fiscal general del estado era insólitamente condenado por una filtración informativa, cuyo origen en la acusación pública no parecía evidente, salvo para el tribunal que lo juzgó,

 
 
 

Comentarios


Formulario de suscripción

688806378

©2020 por El observador inercial. Creada con Wix.com

bottom of page