30 abril 2023 (2): Temo al verano
- Javier Garcia

- 30 abr 2023
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Acabamos de padecer voraces incendios y un insólito episodio de calor extremo. Sin haber entrado mayo y ya debemos lamentar registros de temperaturas propias del estío más riguroso; así que no quiero ni imaginar la canícula que nos aguarda cuando el verano, que ya está aquí, alcance sus tórridos máximos.
El cambio climático, que predecíamos nos abrasara dentro de varias décadas, ha llegado hoy por la absoluta incapacidad de la humanidad para adoptar las medidas que lo frenen. Y, pese a la evidencia de la catástrofe que se nos viene encima, aún son mayoría los insensatos que, en puestos de la más alta responsabilidad, siguen ejerciendo de bomberos pirómanos y tomando decisiones que no hacen sino acelerar el calentamiento y agravar sus consecuencias.
Así, en medio de una sequía que asuela gran parte de Europa, pero que afecta en mayor medida a las regiones más meridionales del continente, la Junta de Andalucía ha decidido terminar de esquilmar los últimos recursos hídricos del Parque Nacional Doñana, privatizándolos en favor del lobby de la fresa.
La normativa aprobada, que va contra la legalidad española y europea, acabará con el gran humedal ibérico, de incalculable valor ecológico, con el único propósito de saturar los mercados continentales de insípidos frutos hidropónicos y, con ello, abultar aún más los ya ahítos bolsillos de los grandes productores del denominado “oro rojo”.
Los mismos perpetradores de este desatino son también beligerantes en la guerra del agua librada en el sureste peninsular; del bando del mar de los invernaderos, por supuesto, tratando de saciar a los insaciables que, cuanta menos agua haya, mayores áreas de regadío demandan.
No me cabe ninguna duda de que estos esbirros de la desertización galopante también defenderán el llenado insolidario de las piscinas y el regadío despilfarrador de los campos de golf, no vaya a ser que sus mecenas de la hostelería monten en cólera.
Y, para que no falte nada en su incansable tarea de demolición de la biosfera, también se aplican con entusiasmo a la infame labor de reducir la superficie de las áreas verdes urbanas a golpe de cementazo y tente tieso. El paradigma de este último disparate es la reciente reforma de la madrileñísima Puerta del Sol. Pero no se preocupen los alérgicos a la regulación, que no les van a faltar los cafés con leche, con porras de buena mañana, y las cañas por las que tanto han porfiado los acomodados ácratas del barrio de Salamanca.

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