27 febrero 2022 (2): La primera baja
- Javier Garcia

- 27 feb 2022
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Se cumplieron los peores augurios y la temida conflagración bélica ha estallado: Rusia ha invadido Ucrania, mediante una gigantesca operación militar y el ataque a su vecino desde todos los flancos.
Como en todas las guerras, la primera baja es la verdad. Ahora, y durante bastante tiempo, va a ser difícil estar seguro acerca de los detalles de esta desgraciada confrontación fratricida. Por eso, y por hacer esta columna digna de la condición que se arroga de mantenerse inercial y ajena a las fuerzas que sobre ella actúan, voy a tratar de repasar los hechos probados y las falsedades vertidas por unos y otros.
Comenzaré por lo obvio: quien ha roto las hostilidades es Rusia, quien ha invadido a su otrora república hermana es Rusia. Así que hay un agresor, Rusia, y una agredida, Ucrania. A la contundencia de los hechos hay que añadir las falsedades vertidas por el Kremlin. Dijeron que nunca harían la guerra al pueblo con el que mantienen tantos vínculos fraternales; y lo han hecho. Bromearon sobre las continuas advertencias occidentales acerca de una inminente intervención para, finalmente, intervenir. Afirmaron más tarde que su acción se limitaría a liberar las provincias orientales del yugo de Kiev y, sin embargo, la ofensiva tiene un carácter global y está ocurriendo sobre la práctica totalidad del territorio ucranio. Ahora han cambiado el discurso, y prometen no dilatar la ocupación más allá del tiempo estrictamente necesario para, en palabras literales, desmilitarizar y desnazificar Ucrania. Convendréis conmigo en que es harto difícil conceder el mínimo crédito a estos supuestos compromisos después de tantos otros desmentidos por la praxis.
Estimo, por el contrario, que lo más probable es que, si el desarrollo de los enfrentamientos discurre por los cauces previstos por los estrategas militares rusos, sus fuerzas no abandonarán los territorios ocupados hasta conseguir la detención o la huida de los máximos líderes políticos ucranianos, la rendición incondicional de su ejército y la instauración de un régimen afecto que proceda a cambios inmediatos en la constitución por los que se garantice el mantenimiento de la neutralidad ucrania y otorgue un status diferenciado, o reconozca su completa independencia, a las regiones del Este.
Como no quiero dejar nada de la verdad en el tintero, quiero también recordar que la que se conoce en Occidente como la rebelión popular del Maidán de 2014 fue en realidad un golpe de estado contra la legalidad democrática y que, como consecuencia de aquellos acontecimientos, se instauró en Kiev un régimen tan iliberal como el ruso, beligerantemente atlantista e infectado de elementos neonazis. Este régimen suscribió los acuerdos de Minsk II por los que las partes se comprometían a encontrar un acomodo con status especial para las regiones del Donbass, pero Kiev ha demorado sine die su materialización y continuado las escaramuzas contra las tropas separatistas (y estas, por supuesto, contra el estado al que oficialmente continúan perteneciendo). Para terminar, el actual gobierno de Ucrania manifestó su deseo de integrarse un día en la OTAN, opción por supuesto legítima para cualquier país soberano, pero sabedor de que esta decisión era "casus belli" para su gran vecino oriental.
Concluyo ratificando que los porqués no legitiman una guerra, que la invasión perpetrada es injustificable y que quienes la han decidido son responsables de la sangre vertida y la que, desgraciadamente, se va a verter en los próximos días.

disiento, ya lo sabes, radicalmente de tu visión; lo que para ti es una invasión para mí debería ser una recuperación