26 noviembre 2023 (2): Imprevisto, pero no tanto

Anteayer fue día de sorpresas informativas, en el breve intervalo de unas pocas horas, supimos de la reacción extemporánea del gobierno de Netanyahu ante la natural apelación a la legalidad internacional del presidente español durante su visita al área en conflicto, acusándolo, nada menos, que de apoyar al terrorismo (parece que, como consecuencia de sus declaraciones, efectuadas en Egipto, la embajadora española ha sido llamada a consulta; o sea, a escuchar el rapapolvo, y nuestro Gobierno ha hecho lo propio con la representante israelí en Madrid) y, en el ámbito vasco, que el PNV ha comunicado a Iñigo Urkullu que no repetirá como candidato a lehendakari en las próximas elecciones autonómicas, a celebrarse entre la primavera y los primeros compases del verano de 2024.

El primero de los acontecimientos encaja con la deriva en la que hace tiempo se hallan sumidos la opinión pública mayoritaria y el ejecutivo israelíes que, de tanto escucharse su retahíla de disparates y hacer oídos sordos al mundo, han terminado por creer que son los poseedores de la única verdad, que preservan y conocen en exclusiva por ser el pueblo elegido por dios; de modo que los demás, pobres gentiles, estamos obligados a besarles el trasero so pena de que, como reos de antisemitismo, su privadísimo demiurgo descargue su ira sobre nosotros. Así las cosas, han desarrollado intolerancia, peor aún, alergia al menor indicio de crítica a su evidente política de exterminio de los moradores de la tierra palestina. Así que, como nuestro baqueteado y mil veces zaherido presidente se ha atrevido a recordar las que son resoluciones aprobadas por las Naciones Unidas hace décadas, ha llovido sobre él el fuego purificador de la descalificación: amigo de los terroristas. Lo que nos faltaba por escuchar, ahora es terrorismo denunciar (tímidamente, todo hay que decirlo) al que sí lo es y ofensivo solicitar el acatamiento de la legalidad internacional. Y eso que Sánchez ha reiterado la condena de los asesinatos indiscriminados de civiles inermes por parte de Hamás y el derecho del estado judío a defenderse. Les moleste o no escuchar la voz de la razón, lo cierto es que por la vía que actualmente transitan nunca conseguirán la paz para su pueblo, y que solo reconociendo los derechos legítimos de los demás se garantizará el respeto de los suyos.

En cuanto a lo doméstico, las últimas elecciones locales y generales habían cuestionado el liderazgo político del PNV en Euskadi. Nada sorprendente para quienes no estamos encerrados en la torre de marfil del poder aislante, ya que hace tiempo que despertamos sobresaltados del "sueño vasco" para vivir una cruda realidad. Asistimos, sin que nuestros mandatarios parezcan darse cuenta, a la venta a oscuros fondos de inversión de nuestro otrora boyante tejido productivo, la pérdida descarada de la capacidad adquisitiva de una sociedad antes solvente, pero que ahora ve cómo sus calles comerciales más emblemáticas han pasado de ser millas de oro a yardas low cost, el éxodo de la juventud más cualificada, la paulatina mengua del diferencial que nos distingue de las regiones españolas tradicionalmente deprimidas, el desastre de la sanidad pública y el aumento de la inseguridad. Todo eso, claro, está doblegando el ánimo del voto más leal que se haya conocido, y hasta en los santuarios del nacionalismo conservador está creciendo el desafío de la alternativa a su izquierda.

Visto todo esto, en el Euskadi Buru Batzar han decidido dar al actual lehendakari por amortizado y apostar por una nueva candidatura. Durante nada menos que tres legislaturas su bajo perfil público y su aversión por la polémica y el debate le han preservado de los errores y, consiguientemente, de la crítica más inclemente. En un tiempo en que muchos retrocedían su inmovilismo lo colocaba a la vanguardia, pero ese lapso ya periclitó, es hora de hacer, de encarar unas circunstancias históricas drásticamente diferentes de las que caracterizaban a este país cuando el señor Urkullu tomó su primera makila. Su tono gris, ese dejar que el curso de los acontecimientos genere nuevos problemas que hagan olvidar los anteriores, y su aburrido y lánguido discurso ya ni ofrecen soluciones ni venden imagen. El Euskadi Buru Batzar, máximo órgano rector del PNV, ha propuesto en su lugar a Imanol Pradales, actual diputado vizcaíno de Infraestructuras. El susodicho deberá ser ratificado por la militancia, pero dad por hecho que no habrá sobresaltos en el proceso y será quien definitivamente encabece la lista electoral de los jeltzales en las próximas elecciones autonómicas. Desconozco el perfil preciso del elegido, más allá de que es doctor en ciencias políticas por la Universidad de Deusto y que, curioso apunte, sería el primer lehendakari nacionalista con sus dos primeros apellidos castellanos. En cualquier caso lo importante no es quién será el elegido, sino si el nuevo candidato vendrá con propuestas valientes y novedosas o solo será una cara distinta de la misma apática inercia que nos atenaza hace ya demasiado tiempo.