26 junio 2022 (2): Escasos de energía y pésimos ajedrecistas
- Javier Garcia

- 26 jun 2022
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 27 jun 2022
Me gusta esa definición de la energía que dice que es la capacidad de un sistema para cambiar de estado. Así que de nuevo la Física, siempre al rescate del sentido común, nos recuerda que no hay ninguna revolución tecnológica o industrial que no dependa de un suministro energético medioambientalmente sostenible, estable durante un tiempo suficientemente prolongado, de flujo tan elevado como la demanda lo requiera y a un precio razonable. Es por eso que, cuando se precipitó la crisis de Ucrania y se proclamaron las severísimas sanciones de la Unión Europea a Rusia, los ciudadanos suponíamos que nuestros dirigentes, como los buenos ajedrecistas, habían previsto toda una larga y variada serie de movimientos y contaban con varios planes alternativos a los combustibles fósiles procedentes del gigante euroasiático.
Sin embargo, y ya en la apertura de la partida, un estado europeo de pro, España, nos sorprendió con un movimiento estilo gambito, de sacrificio, dando por buena la propuesta de autonomía marroquí para el Sahara; tal vez porque jugaba simultáneas en varios tableros y apremiaba ganar la partida que se dirimía en el de la inmigración ilegal. La respuesta de Argelia no se hizo esperar, y fue la que hasta el jugador más inexperto hubiera predicho: poner en solfa las relaciones comerciales y cerrar parcialmente el grifo del gas.
Mientras tanto, en el flanco norte de la Unión, escandinavos y centroeuropeos varios se dedicaron a ignorar las amenazas de "las negras" y el jaque de la exigencia del pago en rublos. Como el gambito español, esta insensata y agresiva táctica de sacrificar sin antes haberse asegurado de conseguir una posición ganadora se ha mostrado errónea cuando el jugador contrario ha aceptado el envite y "comido" la pieza, de modo que a varios de estos estados no les llega del Este ni un metro cúbico de gas y a Alemania mucho menos de lo que precisa.
La situación es ahora muy delicada, nuestro rey, la producción industrial de bienes de alto valor añadido, está muy expuesto, en serio peligro de ser atacado, y ni siquiera nos estamos luciendo en la estrategia del medio juego; porque, con la que está cayendo y el problema del calentamiento global amenazando, a los osados germanos no se les ocurre otra cosa que quemar carbón y comprar el gas a los Estados Unidos, donde se obtiene mediante técnicas de fracking, tan dañinas para el medio. Hasta la preparación técnica para futuros torneos está naufragando, porque se insiste tozudamente en negar las moratorias a la nuclear de fisión (cuando no emite gases de efecto invernadero) y porque el definitivo triunfo de las energías renovables solo vendrá de la mano de las "smart grids" (redes de suministro eléctrico inteligentes) y de las tecnologías de almacenamiento, ambas insuficientemente estimuladas y financiadas. Para acabar, y a muy largo plazo, tampoco andamos muy finos en la teoría y no innovamos en aperturas, porque la energía de fusión sigue acumulando retrasos: el ITER, proyecto internacional actualmente en construcción en la localidad francesa de Cadarache, ha visto demorado el montaje del núcleo del reactor porque la autoridad competente francesa lo ha paralizado hasta que no se aclaren supuestos defectos de fabricación de los segmentos del tokamak. Total, que entre pitos y flautas, podemos estar llegando a una posición de "zugzwang"; o sea, una situación a partir de la cual, se haga lo que se haga, el movimiento conduce irremisiblemente a la pérdida de la partida.

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