24 abril 2022 (2): La borrachera como antídoto de la resaca

La economía de "los amiguitos del alma" sigue dando que hablar. Esta semana se han revelado ciertas grabaciones telefónicas que han aclarado cómo se pergeñó eso de llevar la Súper Copa a Arabia Saudita.

Como ya conocéis el caso, no voy a abundar en los detalles. Lo cierto es que, con gran probabilidad, este, como otros desmanes, no tendrá recorrido judicial, después de todo las comisiones son moneda de curso legal en los negocios y no hay nada escrito sobre cuándo, por su desmesura, pasan la difusa divisoria entre lo inmoral y lo delictivo.

Están en lo cierto quienes critican la operación por los evidentes conflictos de intereses que se suscitaron entre los que promovieron y llevaron a buen término la operación: uno de ellos es un jugador de fútbol en activo que comparte proyecto empresarial con el Presidente de su Federación quien, a su vez, es el jefe supremo de los árbitros. El susodicho jugador también es miembro de la plantilla de un club asiduo a la competición exportada que, está demostrado, ha sido más que bien tratado en el reparto económico acordado. En cuanto al inefable Presidente, solo hay que recordar que buena parte de sus ganancias en calidad de tal provienen de emolumentos variables en función de los ingresos de su Federación, estos años notablemente crecidos por la generosa oferta saudí.

En fin, que el fútbol hace ya tiempo que dejó de ser un deporte para engrosar la categoría de los negocios turbios. Hay que recordar a sus hinchas que sobre buena parte de quienes han sido grandes estrellas de La Liga en la última década pesan sentencias firmes condenatorias por delitos fiscales, que unos cuantos expresidentes de clubes de relumbrón han pernoctado entre rejas por su probada corrupción y que siguen produciéndose resultados extraños, particularmente en las últimas jornadas del campeonato, vinculados a la lucrativa actividad de las apuestas o motivados por el ansia de la permanencia en la categoría. Abandonad, queridos amigos, cualquier esperanza de que retornen el amor a los colores, el fair play y la decencia (esta es incompatible con nóminas que se escriben con siete dígitos) y, por supuesto, sabed que está próximo el día en que el acceso a la más alta competición no sea cuestión de mérito deportivo, sino motivo de puja.

Los que estarán encantados con este "futbolgate" son los mascarilleros enmascarados, porque un escándalo oblitera el anterior, y llevamos... Va a ser cierto que, para paliar las resacas, lo mejor es coger otra curda; o que, para extinguir ciertos incendios no hay medio más eficaz que avivar un nuevo fuego. Al final, como creo que ya dije en algún escrito anterior, la administración sistemática de dosis crecientes de veneno nos ha generado resistencia a sus efectos tóxicos; hemos agotado nuestra capacidad de asombro, damos crédito ilimitado a quienes no lo merecen y convivimos con la inmundicia de la corrupción con estoicismo mal entendido, mientras que reservamos impúdicamente el calificativo de "ladrón" para los carteristas. Me avergüenzo de mí mismo.