23 julio 2023 (2): El 23J ya está aquí

Hoy es el día D en el que los ciudadanos concurrimos a unas elecciones generales que son muy, muy importantes, pese a que el liderazgo omnímodo del dinero, la insomne vigilancia del imperio gendarme y la rácana Troika comunitaria (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) dejan poco margen de maniobra a los gobiernos nacionales del occidente del Viejo Mundo.

¿Que por qué son tan relevantes los presentes comicios? Pues, sencillamente, porque los poderes más arriba citados hace un tiempo que se han conjurado para vaciar el sistema democrático de todo contenido y dejarlo reducido al huero continente de una fútil y cada vez menos trascendente concurrencia a las urnas, con el fin de que los ciudadanos del futuro, que los confabulados anhelan muy próximo, deban elegir como ya se hace en Anglosajonia: entre Tweedledee y Tweedledum, los célebres gemelos de Alicia; o sea, entre un conservadurismo internacionalista, garante de la permanencia de las estrategias neoliberales, y una ultraderecha “patriótica”, preservadora de las actuales naciones estado, la fe y las tradiciones más retrógradas, con el requisito adicional de que ambos embalsamadores de lo corrupto (en sus diferentes acepciones) se entiendan a la perfección.

Así que, hallándonos hoy tan cerca de semejante abismo liberticida, es más apremiante que nunca que manifestemos nuestra férrea voluntad de mantener el carácter innegociable de la soberanía popular, acudiendo a los colegios electorales para optar entre la todavía amplia panoplia de alternativas y candidatos que se nos ofrecen. Soberanía que, es necesario remarcar, no ha de quedarse ahí, sino que debe ejercerse cotidianamente, merced a una verdadera libertad de prensa, que ponga límites al monopolio de la comunicación que actualmente ejercen los grandes media, la recuperación de un sindicalismo de clase, que pueda encararse con la presente dictadura del capital y la movilización de los contribuyentes para, con todo el derecho del mundo, ser quienes determinen el modo en que nuestra sociedad ha de enfrentarse a los grandes retos de hoy: el cambio climático, la superpoblación, la insostenibilidad del consumo y el disparatado paradigma del transporte vigente.

No sé lo que sucederá cuando se abran las urnas, pero de lo que sí estoy seguro es de que no todas las candidaturas son iguales y que a los ciudadanos no nos va a dar lo mismo quien nos gobierne.