top of page

2 noviembre 2025 (2): La supuesta resurrección religiosa

  • Foto del escritor: Javier Garcia
    Javier Garcia
  • hace 5 días
  • 2 Min. de lectura

En este fin de semana de culto a la muerte voy a hablar de la resurrección, no de las almas en pena, sino de la propia urdimbre de la devoción por lo funerario, o sea, de las religiones, porque todas nos acojonan con la parca y los terribles castigos posteriores, para la mayoría de los poco sobresalientes mortales por no se sabe muy bien qué monstruosos delitos, y nos captan con la promesa de que, si las seguimos, esquivaremos ese atroz destino y, en su lugar, gozaremos, redivivos en cuerpo y alma, de la eterna felicidad, tras un acto de contrición verdadero.

Me estoy refiriendo, por ejemplo, a la elevada popularidad y jugosos ingresos de los que se beneficia una nepo baby que se dice católica mientras enseña cacho y publica acerca de su vida privada y la de su famosa familia, o a una cantante, más popular aun si cabe, que ha dejado sus oscuros aires gótico-callejeros y abrazado el blanco monjil en su último álbum. También sumo a esta supuesta tendencia las relativamente recientes películas en torno al cónclave de elección papal y otra sobre el deseo de una jovencita de tomar los votos monásticos, o al modesto incremento de vocaciones para vestir el hábito que se percibe en los últimos años.

Que los árboles no nos oculten la realidad exigua del bosque, la religiosidad pasa por mínimos históricos porque, presionados como estamos por una precaria supervivencia, que debemos garantizar poniendo todos nuestros recursos en ella, abrumados por la evidencia científica y seducidos por el consumismo, casi ninguno de nosotros cree en los milagros, como no sea en el taumatúrgico poder del dinero. Y si hablamos de vida eterna, la gente aspira a conseguirla dilatando indefinidamente esta, no poniendo su esperanza en la otra, de la que nadie ha vuelto para contarnos cómo es la gloria de alabar al altísimo (ahora solo son calificados con ese superlativo los pivots de baloncesto) por los siglos de los siglos.

Digamos que la gente corriente vive sin recurrir a lo sagrado, en numerosos casos también la que dice creer, porque ni la oración ni la fe nos libran de la pesada cruz que hemos de portar cotidianamente la mayoría de los humanos.

Además, el tipo de crecimiento religioso que se puede observar hoy día está, con frecuencia, redirigido hacia las iglesias protestantes, conniventes con los disparates de la extrema derecha, o promovido en el contexto de las organizaciones católicas más reaccionarias. Nada ejemplarizante, ni mucho menos liberador del yugo, válgaseme la reiteración formal, pero de semántica contradictoria, del neoliberalismo.

No creo que la religión desaparezca, ni siquiera en un futuro muy lejano, pero irá empequeñeciéndose, socialmente más rápido que económicamente, hasta quedar relegada a un nicho de "consumidores" frikis.


 
 
 

Entradas recientes

Ver todo
26 octubre 2025 (3): Nubes muy sólidas, ¿o no?

Hace tiempo que me manifiesto contrario a la digitalización, tal como se ha impuesto. He criticado que se haya convertido en un pretexto para trasladar numerosas actividades de escaso valor añadido al

 
 
 

Comentarios


Formulario de suscripción

688806378

©2020 por El observador inercial. Creada con Wix.com

bottom of page