2 abril 2023 (1): ¿Adición o sustracción?
- Javier Garcia

- 2 abr 2023
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Hoy es el día de la presentación de la candidatura de Yolanda Díaz bajo el lema de "Sumar". Y digo lema porque la actual vicepresidenta segunda del Gobierno aún no ha aclarado, o todavía no he entendido, si su iniciativa es una alianza de partidos preexistentes, un totum revolutum de personalidades políticas con distintas sensibilidades o una opción personalista, orientada a refundar el proceloso y complejo movimiento que se ubica a la izquierda del PSOE, bajo su liderazgo indiscutible.
Tal como estaban las cosas unas pocas horas antes, es muy probable que la mencionada candidatura llegue a su puesta de largo pública sin haber integrado en ella a Podemos, el partido mejor organizado y con mayor militancia de todos los que proponen un programa socialdemócrata (creo que no es preciso aclarar que la praxis del Partido Socialista no se compadece con semejante definición).
Entiendo las discrepancias, aunque no las comparta, porque Podemos, sabedor de su abrumadora mayoría cuantitativa, aboga por la celebración de unas primarias abiertas para la elección de quienes vayan a integrar las listas electorales. Y porque, los demás, con la excepción de Izquierda Unida, tienen serias dificultades para presentarse en algunas circunscripciones y, claro, prefieren que alguien desde arriba diga cuántos, de qué familia política y en qué lugar, van a concurrir a los varios comicios que se celebrarán a lo largo de este año. Por supuesto que todo esto se está debatiendo agriamente, con unos y otros esgrimiendo la conveniencia de determinados matices programáticos cuando, seamos realistas, por lo que realmente se están enfrentando es por cuántos de sus militantes van a cobrar del Estado en los próximos años.
Es evidente que ninguna de estas opciones en su estado puro sería mínimamente justa ni tolerable por la contraparte. Así que todos deben ceder para llegar a un acuerdo que posibilite que, a la izquierda del PSOE, vaya a haber una única y bien consolidada opción progresista que sea capaz de cerrar el paso al poder a la derecha y de obligar al Partido Socialista a desistir de cualquier veleidad neoliberal. Obviamente, ignorante como soy de todo lo relativo a los pesos de cada organización y de la capacitación media de los cuadros que cada uno quiere aportar, lo único que se me ocurre es que se camine por la senda de las Matemáticas y del sentido común. Con los minoritarios, y con las figuras públicas destacadas que más puedan contribuir a la imagen de la iniciativa, habrá que ser generosos, pero también se deberá aceptar el papel preponderante de la organización que materializó el movimiento 15M de los indignados; sin la que, hay que ser honestos y reconocer la evidencia, no existiría el espacio político que ahora unos y otros se disputan.
Quiero creer que al final se impondrá la sensatez. De lo contrario, lo van a lamentar quienes, indebidamente designados como candidatos, no van a ocupar los cargos por los que dieron tantos codazos y, también, y eso es lo peor, la mayoría social progresista y las sensibilidades nacionalistas y regionalistas del país que van a ver con estupor cómo la derecha más rancia retorna al poder; porque, queridos lectores, la reacción siempre llega al acuerdo para construir mayorías de gobierno. Confío en que los aficionados a las discusiones bizantinas tomen buena nota de ello y actúen con la responsabilidad que los obliga y la sociedad demanda.

Podemos objetivamente sirvió para frenar el movimiento del 15 al institucionalizarlo y para que algunos de sus miembros mejoraran su estatus, lo que es humanamente comprensible (por aquello de las cornadas que da el hambre) pero políticamente es asqueroso y como figura primera llevarán al ser más abyecto, la Yoli
El único sentido de toda esa amalgama de la izquierda es su escaño y nada más, que consiguen eso sí con el apoyo mediático de los intereses más oscuros... bueno no tan oscuros...