19 septiembre 2021 (2): ¿Prietas las filas?
- Javier Garcia

- 19 sept 2021
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Suele la izquierda mostrar su mácula de cainismo en demasiadas ocasiones, mientras que la derecha se arroga tener mucho más claros sus intereses y, consiguientemente, saber aunar voluntades en torno a sus comunes objetivos. Por eso ha sorprendido la ferocidad con la que el gran partido conservador de la política española ha iniciado su "debate" interno por el control de su sucursal madrileña. Con todo, y dado lo que ha venido sucediendo en la villa y corte después de la defenestración política de la "señora de las cremas", no debiera de pillar a nadie desprevenido la desatada lucha fratricida; lo ocurrido en los Madriles es de manual de la intriga política: se elige a un líder, o lideresa, de mediocre perfil, cuando no supuestamente necio, con el ánimo de manipularlo al antojo de los verdaderos detentadores del poder, pero o el badulaque no lo era tanto y se revuelve contra sus mentores, o a la tal marioneta la movían otras cuerdas. Aunque con alguna duda, creo que en el caso que nos ocupa estamos ante la segunda de las alternativas.
El primer partido de la actual oposición nunca ha sido un dechado de coherencia porque fue incorporando todas las almas y sensibilidades del conservadurismo español. Es, por supuesto, el heredero sentimental del franquismo, último asidero de los monárquicos, interlocutor político de confianza de la Iglesia Católica y, consiguientemente, paladín de todas sus causas, aliado inconfeso de cualquier reacción ante los nuevos espacios de libertad y, sobre todo, activo peón del neoliberalismo internacional. Para hacer congeniar tan diferentes mentalidades, el partido había elegido como líder oficial a un señor joven, de modales modernitos, conservador ortodoxo y, en la misma línea que la designada madrileña, de bajo perfil personal (lamento sinceramente que prescindan de tantos y tan buenos profesionales de la jurisprudencia como tienen). Creían quienes lo auparon al cargo que el diletante político era el mejor candidato para "dejar hacer" a los barones territoriales y aplicar un cierto eclecticismo desideologizado, a la manera de su antecesor en el cargo, pero con ramalazo carca. Sin embargo, no eran tiempos para el titubeo y las componendas, la permanente crisis económica y social que el país lleva experimentando desde hace casi década y media y la revisión que el sistema socioeconómico internacional está realizando en torno a reforzar, otra vez y pese a su demonización, el papel del estado, han convencido al ala más beligerante y liberal del partido de que hay que dejarse de tanta misa y de objetar el nuevo y dispar modelo de familia (por otra parte, ya adoptado por muchos de sus dirigentes y militantes) para centrarse en lo mollar: defender los intereses de la gran patronal y las empresas globalizadas.
Con ese fin, estos "sublevaditos" cuentan con el apoyo, cómo no, de los media (después de todo, propiedad de los poderes económicos) que, sin sonrojo alguno, están vapuleando a quien no hace mucho elevaban a los altares de la prudencia, mientras construyen una alternativa manifiestamente huera pero con un discurso mucho más reconocible y explícito por la preconizada, y practicada, bajada de impuestos a las grandes fortunas, la desregulación y la privatización de los servicios públicos.
El tambaleante líder pende, pues, del fino y quebradizo hilo de las encuestas sobre intención de voto que, por cierto, a día de hoy no le son especialmente favorables, mientras sus adversarios se aseguran una alternativa consolidada a golpe de portadas. La derecha digiere muy mal el papel de oposición, así que la ansiedad puede precipitar los acontecimientos y, con gran probabilidad, "queme" a su máximo dirigente actual en su tarea opositora, para presentar una nueva candidatura a la presidencia del gobierno en las próximas elecciones generales, ya baqueteada en las intrigas de la corte, pero ajena al desgaste del debate nacional.

Sobre que "a la tal marioneta la movían otras cuerdas" no tengo ninguna duda. A qué intereses concretos rinde pleitesía, no es imposible saberlo, como que Miguel Ángel Rodríguez, algo más que el jefe de prensa de Ayuso, marca su rumbo en la comunicación y en la toma de decisiones, de todas.