16 octubre 2022 (1): Ofensiva contra la Seguridad Social
- Javier Garcia

- 16 oct 2022
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Los mecanismos públicos de protección social son para el neoliberalismo lo que las cabezas de ajo para los vampiros. Por eso ahora que, más que justificadamente, se están adoptando medidas para su refuerzo, se clama desaforadamente contra ellas y, muy especialmente, contra el mantenimiento de la capacidad adquisitiva de las pensiones y la subida de las contribuciones empresariales a la Seguridad Social.
No me extraña la virulenta reacción de los señores de la pasta, porque la protección pública de los débiles, a costa de lo que les sobra a los afortunados, es uno de los más eficaces mecanismos de redistribución de la riqueza y mengua los dividendos; y porque la completa privatización de las pensiones y la sanidad daría paso al mayor negocio de la historia.
Prueban el vigor de este acoso y derribo los derrotes de la prensa conservadora, casi la única que existe, que anda publicando noticias tales como que los recientemente jubilados (ignoran a los que han recorrido un largo trecho como pasivos y a las viudas, porque entonces se desarmaría el trampantojo) ganan más que los jóvenes trabajadores, con el ánimo manifiesto de suscitar la envidia entre los supuestos agraviados y, como gusta a los financieros, enrasar por abajo los derechos y salarios de quienes viven de sus nóminas; o las insólitas declaraciones del jefe de la Patronal, envistiendo contra el aumento de las retenciones empresariales para los tramos salariales más elevados, cuando los sucesivos gobiernos del Partido Popular habían dispuesto, con el presunto propósito de dinamizar el mercado laboral, tantas reducciones y bonificaciones a las aportaciones de los empresarios a la Seguridad Social, que llevaban una década contribuyendo a la caja de previsión con calderilla. El líder de la Patronal fue tan vehemente en su indignación que se le fue la olla exigiendo al Gobierno “que dejara de dividir a la sociedad entre ricos y pobres”; como si la desigualdad fuera un reciente invento gubernamental o desheredados y acomodados hubieran vivido en feliz armonía, satisfechos de su condición, hasta que los resentidos marxistas sembraron el rencor y los celos entre quienes poseían menos; esos menesterosos que lo son por su desidia o falta de capacidad, claro.
No dudéis, ahora que son fechas propicias, que seguirá este Halloween, esta noche de la reacción, donde los vampiros sociales intentarán desposeernos de los pocos ajos que nos protegen de su apetito por nuestros menguados ingresos.

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