15 mayo 2022 (2): Cerrando grifos
- Javier Garcia

- 15 may 2022
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El ambiente bélico imperante está trastocando el normal discurrir del comercio internacional. Como recordaréis, incluso antes de que comenzara la guerra en Ucrania, Alemania ya estaba demorando la puesta en servicio del gasoducto Nord Stream 2. No mucho tiempo después, y tras la exigencia de Moscú de que los países "inamistosos" pagaran su consumo en rublos, se interrumpió el suministro de gas ruso a Polonia y a Bulgaria. Otros pocos días más y Ucrania cerró otro gasoducto que, oh sorpresas que depara el negocio, aún trasegaba el combustible fósil del enemigo por su territorio y, solo hace unas pocas horas, Rusia también ha cortado el aprovisionamiento del preciado fluido combustible a Finlandia alegando morosidad; aunque no debe ser casual que, al mismo tiempo, el gobierno finlandés haya comunicado su deseo de incorporarse a la OTAN en el plazo más breve posible.
A todo esto, el Sur también se revuelve, así que el triángulo de los líos, constituido por Argelia, España y Marruecos amenaza con que también se bloqueen las espitas del otro flanco, o que un by pass enmiende el destino del gas argelino, que tan ricamente consumíamos en Iberia, y lo disfruten a partir de ahora los italianos. Por supuesto que aún veremos muchas más interrupciones de este suministro, al tiempo que se restringen, o cancelan en su totalidad, las importaciones de petróleo ruso.
Pese a que estas operaciones de compraventa debían ser necesarias para el buen discurrir de la economía y el confort de los hogares (de otro modo, ¿para qué se realizaban?), ahora nos dicen que son perfectamente prescindibles, que estas circunstancias excepcionales ya estaban previstas, que no habrá restricciones de ninguna clase y que la crisis es en realidad una gran oportunidad: la de poner de una vez en marcha una economía verde fundada en el consumo casi exclusivo de energía procedente de fuentes renovables.
Sorprende tanto optimismo cuando, cumbre climática tras cumbre climática, han fracasado todos los intentos de poner en negro sobre blanco los términos de un tratado internacional, de obligado cumplimiento, que materialice los objetivos marcados por los científicos en un plazo lo suficientemente breve como para detener, y revertir, el calentamiento global.
Desafortunadamente, no solo se han cerrado los grifos de la energía, sino que también se han interrumpido otros flujos de productos de primerísima necesidad. De hecho, parece que, debido al bloqueo de los puertos ucranianos del Mar Negro, ingentes cantidades de trigo, otros cereales y semillas oleaginosas permanecen retenidas sin que puedan transportarse a sus puntos de destino y consumo. Más aún, resulta que ahora uno descubre que Rusia es el principal exportador mundial de fertilizantes, y que también este comercio se halla completamente bloqueado. Así que, si el peligro de pasar frío el próximo invierno es más que evidente, peor es la certeza de que ya hay muchas regiones mundiales, de entre las más depauperadas, que sin comerlo (nunca mejor dicho) ni beberlo están sufriendo las consecuencias de una guerra a la que son completamente ajenas.
En fin, que por este insensato ojo por ojo cada vez habrá más tuertos, pero se tranquilizará a la plebe desplegando una cínica campaña que nos persuada de que con una sola retina bastará para que veamos; claro que como la extirpación de globos oculares no cese, terminaremos todos ciegos, al tiempo.

los listos de los finlandeses desde ayer todo cocina a la brasa, con carbón de esos bosques tan ecosostenobles que tienen...