14 noviembre 2021 (1): Cuando los triángulos escalenos son isósceles
- Javier Garcia

- 14 nov 2021
- 2 Min. de lectura
La geometría político-económica es bien sencilla, toda ella gira en torno a triángulos. Que sí, que tienen mucho que ver con los amorosos; en un vértice está el poder económico, en el otro el político y el tercero concita los intereses de la gran mayoría de la población.
Según discurren los acontecimientos, este triángulo vibra, pasa por infinitas formas, bailando al frenético ritmo que le dicta el variable desequilibrio de fuerzas. Normalmente, hay connivencia entre la clase política y la élite económica, así que sus vértices se aproximan mientras que, inevitablemente, se alejan de la ciudadanía. Esta solo es capaz de imponer a gobiernos y parlamentos tímidas rectificaciones cosméticas del marco legislativo y normativo que solo distorsionan ligeramente el matrimonio de intereses de los poderosos, dando como resultado feísimos triángulos escalenos repletos de horribles agudos y obtusos.
Dentro de ese infernal polígono de relaciones globales, pueden inscribirse infinidad de triángulos más pequeños referidos a asuntos o contenciosos particulares. Es el caso del que configuramos usuarios, distribuidores de las diversas fuentes de energía y las distintas administraciones. Veamos sus últimas fluctuaciones: como el principal proveedor de electricidad en Euskadi ubica su sede fiscal en Bizkaia, tiene al Gobierno Vasco agarrado de sus partes blandas, así que la consejera de Industria ha despachado este conflicto afirmando literalmente que "queremos electricidad barata, pero no parques de renovables; lo queremos todo". Ahí tenemos al polígono más simple acercando sus vértices institucional y empresarial, mientras que ambos se alejan del pobre consumidor.
Pero en este caso particular algunos de los clientes de los oligopolistas no son mancos. Quiero decir que Euskadi cuenta con un importante sector industrial intensivo en el consumo de energía eléctrica. Así que estos empresarios desairados han puesto al triángulo de nuevo a danzar merced a unas declaraciones del presidente de Sidenor en las que afirmaba que "las empresas se van al hoyo por el coste de la luz. El problema de fondo es cómo se establece el precio de mercado". A esto ha respondido el vértice que faltaba en la disputa por boca de Iberdrola, que "exige a Sidenor rebajar el precio del acero por su inexplicable y desproporcionada subida". La esquina institucional de este insólito, irregular y variable ring no podía permanecer impertérrita ante las hostilidades desencadenadas, de modo que al principal partido de la coalición gobernante no le ha quedado otra que contraprogramar a la consejera de Industria pidiendo al presidente del Gobierno de España "que vigile a las eléctricas ante la sospecha de que pueden dañar a la industria".
En fin, que con todo esto parece que el feo escaleno va dulcificando sus angulosas formas y se acerca al isósceles. Pero no nos engañemos, nunca llegará a su regular configuración como equilátero, su lado más corto siempre será el que une al dinero con el poder político.

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