13 agosto 2023 (2): Vox emite un SOS

Transitamos por el lánguido puente de la Asunción, versión cristianizada del romano jolgorio de las Feriae Augusti, instituidas por el emperador Augusto en el ya remoto año del 18 a.C., para, a su vez, latinizar las celebraciones propias del fin de las actividades agrícolas, que se perdían en la noche de los tiempos. Pues bien, como los campesinos que han plantado y cuidado celosamente la mies durante largos meses, soportando heladas, inoportunos aguaceros e insolaciones sin número, es también el tiempo de que, quienes han financiado todo un quinquenio de desaforada campaña antigubernamental, hagan balance de los frutos recogidos en las últimas elecciones generales, sobre todo porque, tras la tregua canicular, sus validos han de encarar unas semanas críticas para el futuro devenir político.

Y la verdad es que su cosecha se ha malogrado en buena medida, de hecho la única esperanza de salvar el año, y el quinquenio, es que sea posible volver a plantar, a podar, regar y, sobre todo, eliminar las malas hierbas, para que una nueva siega proporcione el grano que, por ahora, se les niega. Y tienen claro cuál ha sido el cornezuelo que ha arruinado sus grandes expectativas: Vox.

Este partido fue favorablemente acogido en los altos círculos del poder económico porque sus estrategas pensaron que sumaría a la causa derechista a la práctica totalidad de los extremistas de este país y, a la vez, ampliaría por el centro el amplio espacio político del Partido Popular. Puede que así fuera al principio, pero su confesionalidad insobornable y su incurable manía de irrumpir con estrépito en las vidas privadas de los electores, sean estos del color político que sean, han terminado por hundirlo electoralmente.

Y, lo peor de todo para los think tanks de los suntuosos salones es que, como Sumar ha restado, Vox, pese a incorporar a su marca el signo de multiplicar, divide.

Las matemáticas lo explicitan sin espacio para la duda: si todos los votos conservadores hubieran sido para una única candidatura, que por historia e implantación no puede ser otra que la planteada por el Partido Popular, a estas horas estaríamos hablando de mayoría absoluta de los peperos en el Congreso de los Diputados.

Así que, como no están dispuestos a repetir errores, quienes manejan este cotarro han dado instrucciones para  golpear a los de la equis por tierra, mar y aire. Así, la prensa de

orden los pone de vuelta y media, mientras que empiezan a desalojar el barco ultra los etiquetados como pertenecientes a su ala liberal, o sea, los partidarios del capitalismo sin complejos, sin duda atentos a las consignas provenientes del parqué financiero.

Los pergeñadores de este viraje sociopolítico deben darse prisa en echar a pique el buque de los intransigentes, porque al mismo tiempo han de hacer todo lo que esté en sus manos para adelantar un nuevo ciclo vegetativo, digo electoral y, para eso, ya están pensando cómo infestar de cizaña los campos de la oposición.