13 abril: ¿Preparados para el fin del mundo?
- Javier Garcia

- 10 may 2020
- 1 Min. de lectura
Que el mundo va mal es algo que la mayoría nos tememos. Muchísimos compartimos la impresión de que nos aproximamos al fin de una época. Lo que viene después es la distopía... ¿pero qué distopía?
Los americanos, que siempre están a la última, nos lo cuentan muy bien en la serie de National Geographic, “Preparados para el fin del mundo”, que recomiendo encarecidamente su visión porque desnuda el alma humana hasta descubrir sus más íntimas vergüenzas. Bueno, vuelvo a lo mollar, que me disperso: estos profetas de lo escatológico imaginan todo tipo de desdichas, desde guerras apocalípticas a las más variadas catástrofes naturales. No recuerdo, sin embargo, de ninguno de estos loores de la prudencia que hubiera dado con la tecla del Coronavirus.
Confieso que yo tampoco. Desconfío tanto de la humana condición que se me hace muy difícil imaginar un cataclismo donde no desempeñemos el papel estelar. ¡Quién iba a imaginar la que iba a liar un corto tramo de RNA recubierto de un sencillo cápsido proteico!
Ahora caigo en mi error, que era de soberbia antropocéntrica. Jaleado por un estado de opinión que sostenía nuestra omnisciencia en lo que a los mecanismos íntimos de la vida respecta, suponía que teníamos al Leviatán del replicador a buen recaudo.
Lo peor de todo es que, ante este inopinado enemigo, solo se nos ha ocurrido reaccionar como los obesos gringos de la serie: aislándonos, haciendo acopio de alimentos (y, supongo, de papel higiénico) y ahuyentando a los vecinos, siempre más infectados y menos cuidadosos.

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