10 enero 2021 (2): Vacuna
- Javier Garcia

- 10 ene 2021
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Hemos anhelado el advenimiento de las vacunas contra el coronavirus por largos meses de confinamiento y zozobra. Pues bien, ya están aquí. Nada menos que tres diferentes ya han sido aprobadas por la Agencia Europea del Medicamento y, juntamente con la rusa Sputnik V, están siendo administradas a la población de mayor riesgo. En España comenzó la campaña de vacunación el domingo 27 de diciembre, fecha en absoluto elegida al azar, imagino que para mostrar el compromiso de nuestras administraciones con un rápido y masivo proceso de inmunización.
Así lo parecía y así quisimos entenderlo, pero apenas dos semanas después de aquella presentación pública, deliberadamente ceremoniosa y mediática, comprobamos horrorizados que las compañías farmacéuticas están demorándose en el cumplimiento de los plazos de aprovisionamiento estipulados, que la logística de transporte y almacenamiento deja mucho que desear y, sobre todo, que nuestras administraciones no disponen de un protocolo de vacunación bien establecido y engrasado con los recursos necesarios.
A resultas de este sinsentido, no solo se han recibido escasas partidas, sino que, salvo en un par de excepciones, las Comunidades Autónomas están siendo incapaces de administrar siquiera un pequeño porcentaje de los viales ya disponibles. Injustificable, han dispuesto de largo tiempo para preparar y organizar el proceso, incluso llegaron a conocer con precisión el momento de la llegada de las primeras partidas con, al menos, un mes de antelación. Así las cosas, a la fecha famosa del 27 de diciembre, todo debería haber estado preparado: los lugares y medios de vacunación, contratado y formado el personal necesario y realizada la clasificación de la población en función de su edad y patologías previas. Si eso hubiera sido así, todos tendríamos que haber recibido información personalizada sobre dónde y en qué fechas y lugares podríamos acudir para administrarnos la primera dosis.
Es obvio que nada de eso ha sucedido. No hemos sido convocadas ni siquiera las personas clasificadas como de mayor riesgo. Que se sepa, hasta el momento están procediendo exclusivamente con el personal sanitario y las residencias de ancianos; y no precisamente con premura (en algún sitio he leído que, en lo que respecta a Euskadi, el curso completo de la vacunación de ingresados en geriátricos se alargará por cuatro semanas). Así que, si suponemos que el proceso se va a desarrollar por entero a la velocidad actual, es más que probable que la "inmunidad de rebaño" llegue mucho antes por la vía del contagio que de la mano de la vacunación.
Siendo estos los hechos, no queda otra que apelar a la responsabilidad de todos los gobiernos para que se revierta el dislate actual y se empleen todos los recursos para vencer la pandemia antes de que esta se lleve por delante millones de vidas más y arruine las finanzas domésticas de la mayor parte de la ciudadanía. Señoras y señores con responsabilidad pública, dejen de tirar balones fuera, de cargar toda la responsabilidad sobre nuestros cansados hombros, y acepten que la pelota está en su campo, y que los votantes estamos esperando, de quienes elegimos para que velaran por el bien común, la altura moral, la preparación, la capacidad de trabajo y la generosidad necesarias para destinar todos los recursos precisos a culminar la campaña emprendida en el plazo más breve posible. De lo contrario, no nos quedaría más remedio que concluir que en nuestras administraciones imperan la desidia, la incompetencia y la racanería en el gasto; y la historia, no lo duden, será inclemente con quienes no sepan estar a la par de estas trágicas circunstancias.

soy terriblemente escéptico