1 noviembre (2): ¡Que vienen los rusos!
- Javier Garcia

- 1 nov 2020
- 2 Min. de lectura
Hay dos cosas que no se pueden ocultar indefinidamente: el amor, y el dinero y sus vicisitudes. Así que en los últimos días, y haciendo uso de esos rastros imborrables que dejan las transacciones entre partes, parece que la Guardia Civil ha dado con el procedimiento y las personas involucradas en la financiación ilegal (según el auto, empleando dinero público ilegítimamente) del 1-O, el denominado Tsunami Democràtic y las expensas derivadas de la actividad bruselesa de Puigdemont. Hay veintiún detenidos, entre los que se cuentan muy sonados nombres de la política y las finanzas catalanas, así como alguna personalidad de la cultura, integrante del círculo más próximo al ex presidente de la Generalitat.
Así que, atentos lectores, nada se hizo gratis et amore, por el cariño a la causa; los patriotas cobraron su abnegación y algunos hasta hicieron negocio beneficiándose de los legítimos sentimientos nacionalistas de una buena parte de la sociedad catalana.
Todo está ya incorporado a la compleja y procelosa instrucción del caso, y nada sustancial añadiría a esta larga historia si no fuera porque la investigación se ha hecho pública cuando, al fin, el conflicto catalán se estaba dirimiendo en el ámbito político, del que nunca debiera haber derivado a lo judicial. Pero lo inoportuno (u oportuno para los del "cuanto peor, mejor") de la actuación se queda en anecdótico ante la grotesca y delirante trama internacional que el auto del juez afirma desenmascarar. Según el magistrado, algunos de los detenidos habrían negociado con Rusia que este estado extranjero financiara la deuda catalana si se proclamaba la independencia y, todavía aún más asombroso, que el ejército rojo aportara diez mil soldados a la causa.
Rusia está que se sale: influye en las elecciones norteamericanas, envenena a sus disidentes ante la impotente mirada del mundo, desarrolla la primera vacuna contra el coronavirus y hasta se pone la barretina y encabeza la revuelta contra el opresor estado español. Intimidante, si todo eso tuviera el más mínimo crédito; Rusia tiene alrededor de 147 millones de habitantes y un PIB... ¡solo un 22 % mayor que el español! (datos de 2019). Así que estamos hablando de un gigante de pies de barro al que parece que conviene suponerle unas capacidades de las que no dispone, para que, como en los peores tiempos de la guerra fría, cargue con la culpa de todas las penalidades y desgracias que nos sobrevengan. Por cierto, que la acción policial que supuestamente ha destapado esta onírica y rocambolesca conjura internacional ha sido bautizada por los tricornios al cargo como la "Operación Vóljov", denominación que curiosamente apela a la primera victoria conjunta de las fuerzas nazis y la "División Azul" franquista contra la Unión Soviética. Hiede a naftalina en las altas instancias de la Benemérita.

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