8 diciembre 2024 (1): Nepotismo y desigualdad ante la ley

Esta última hoja del calendario de 2024 nos está dejando notables evidencias de la naturaleza y forma de funcionamiento de los Estados Unidos de América de hoy. Hemos sabido que el presidente saliente ha decidido dejar como recuerdo de su paso por la Casa Blanca el indulto a su propio hijo de delitos muy graves contra el estado, como el escamoteo del pago de los impuestos que debía y la posesión ilegal de armas de fuego.

Al tiempo, y para que sea difícil de escoger entre tanta miseria humana, su predecesor y sucesor en el cargo ha elegido como asesor en asuntos árabes a uno de sus consuegros y a otro como embajador del país de las barras y estrellas en Francia. Está visto que nuestros emperadores actuales están elevando a los del mundo antiguo a la altura de los más grandes estadistas.

Como no queríamos ser menos en esta interpretación de la esperpéntica realidad de hoy, la financiación de un gran millonario y el desvarío político de un par de partidos han permitido que el Senado español haya sido escenario de una tragicomedia, mejor akelarre, con el declarado propósito de manifestarse en contra del derecho al aborto y, de rondón, colar otro buen montón de posicionamientos tan irracionales, falsos e injustos como el creacionismo o la persecución implacable de los homosexuales.

Total, que aquí y allá suceden cosas y se proclaman como verosímiles tales disparates que, confieso, me hacen dudar del año y el siglo que me están tocando vivir. Y me pregunto para qué han servido centurias de civilización y el esfuerzo de miles de mentes brillantes en abrir las de los demás, más ofuscadas, al conocimiento de la realidad, tal y como es. Hoy lideran los debates auténticos cretinos pertrechados, eso sí, con aparatosos altavoces, y ocupan las más altas responsabilidades gentes sin moral y sin vergüenza que se limitan a defender los intereses de los poderosos, y de ellos mismos, sin rubor y sin siquiera tratar de encubrir la bajeza de sus decisiones.

Y, eso que, hasta ahora, no he dicho ni palabra de la explosión social que ha convulsionado Corea del Sur, por la pretensión de su presidente de instaurar la ley marcial con el pretexto de una intromisión en los asuntos internos del país por parte de su vecino al otro lado del paralelo 38º. A pesar de que nos habían hecho creer que en la patria del yin y el yang se ataban los perros con longaniza y el progreso y la democracia eran tan irrefrenables como una tormenta desencadenada. Aunque, bien mirado, si hubiéramos visto críticamente el premiado film "Parásitos" y la exitosa serie para televisión "El juego del calamar", algo quizás deberíamos haber sospechado.

En fin, otra semana en la línea de las que venimos sufriendo. A ver si en alguna ocasión puedo glosar una buena noticia.