7 julio 2024 (2): Anunciada defenestración de los tories
- Javier Garcia

- 7 jul 2024
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El jueves se celebraron en Reino Unido elecciones generales con el previsto resultado de la derrota humillante del Partido Conservador, en el gobierno durante los últimos catorce años.
Como está ocurriendo, y va a seguir sucediendo, en todos los que fueron los grandes imperios europeos, los ciudadanos británicos han reparado en que hace tiempo que integran la creciente masa de parias que puebla este mundo decadente. De hecho están descubriendo que su salida de la Unión Europea no ha tenido otro propósito que servir mejor los designios del Imperio y, paradójicamente, ha recortado la independencia política de los isleños sin que, la verdad, los europeos continentales les estemos echando de menos.
La economía de las clases bajas vive la peor evolución de la historia, bajo la presión de unos salarios ridículos y un coste de la vida disparado, y la migración, ahora sin club europeo al que echarle la culpa, sigue fluyendo hacia ellos al ritmo que interesa al gran capital.
En este tiempo decadente incluso sus símbolos imperiales han sufrido una degradación sin precedentes, hasta el punto de que el nuevo rey luce estrafalario, pese a portar la misma corona, repleta de enormes piedras preciosas, y el mismo manto de armiño que su predecesora; a la par que, como viene peligrosamente ocurriendo en esta civilización agonizante, su acceso a la más alta magistratura del estado llega cuando mejor estaría en su casa, en pantuflas y degustando un “tesesito” caliente que le combatiera el destemple.
Hasta los laboristas triunfantes no son lo que eran; están hoy considerados como un grupo político centrista que, como los conservadores de antaño, en vez de optar por una verdadera justicia social prefieren el paternalismo de viejo cuño. Tal es su deriva ideológica que la izquierda sin complejos ya no se ubica entre sus retocadas filas y hace temer por la suerte de un gobierno que muy probablemente no cambie casi nada de lo propuesto y ejecutado por el anterior. Vamos, que junto al imparable ascenso de la extrema derecha, a los británicos los aqueja el generalizado mal de las democracias liberales, que hace ya un tiempo que no ofrecen esperanza alguna de dar respuesta a los enormes retos que el mundo tiene planteado.

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