7 diciembre 2025 (2): Ucrania camino de la quiebra y la destrucción total
- Javier Garcia

- hace 4 días
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Actualizado: hace 2 días
Como todos sabéis, esta semana ha vuelto a fracasar el enésimo "intento" (no creo que leal por ninguna de las partes) de alcanzar un acuerdo de paz en Ucrania.
La historia siempre es la misma, los Estados Unidos hacen una propuesta que implica la cesión de los territorios del Donbass a Rusia, de población original mayormente rusófona y no muy bien tratada por el régimen político ucranio salido del movimiento Euromaidán. Se pasa el borrador a las partes en conflicto, a la OTAN y a la UE y, tras ello, se reelabora dicho texto con las correcciones propuestas por los aliados europeos de los USA, con el resultado, reiterado en el tiempo, de que, si bien la primera versión, la yanqui, no disgustaba a Rusia en demasía, la que sale tras la consulta a Europa es para ella inaceptable.
Por supuesto que eso significa que la conflagración continúa, con todas las partes encastilladas en sus posiciones de partida. Los rusos con la ventaja de que los vientos de la guerra soplan manifiestamente en su favor, y el gobierno ucraniano y los países de Europa Occidental y Nórdica convencidos de que nuevas sanciones, más armamento y el empleo del dinero ruso confiscado en Bruselas para dar aire a la agonizante economía ucrania van a dar la vuelta a la desesperada situación actual del frente.
Con independencia del modo en que vaya a acabar el conflicto, lo que sí es claro y meridiano es que su prolongación va a implicar la muerte de muchos más ciudadanos de los bandos enfrentados, y que los civiles, principalmente los ucranianos, van a seguir sufriendo pérdidas irrecuperables entre sus familiares, la destrucción de sus hogares y las penalidades de vivir bajo la severa restricción de los servicios esenciales, principalmente de la energía que se precisa para no hacer el invierno infernal.
La cuestión que se dirime es: ¿qué es prioritario, el honor y la patria, sin ciudadanos, solo el ente metafísico, por encima de cualquier consideración material, o salvaguardar la vida de miles de jóvenes y acabar con el tormento diario de los bombardeos? Esa es la pregunta que, creo, se está haciendo una mayoría de ucranianos y, sospecho, que la respuesta preferida se decanta ahora por la segunda de las opciones, porque llevan ya años de sufrimiento y su rabia empieza a repartirse entre los invasores y quienes los gobiernan. Me temo, pues, que su ejecutivo, que con el pretexto de la situación de guerra no llama a las urnas y, así, no escucha el clamor de la calle y acalla las críticas por la corrupción imperante, y los países europeos hace tiempo que ni oyen ni, menos, tienen en consideración la posición mayoritaria de los que son requeridos para "derramar hasta la última gota de su sangre".
Lo más escalofriante del estado de cosas actual es que este conflicto bélico, se prolongue lo que se prolongue, solo tiene dos posibles formas de concluir: la victoria rusa en la guerra convencional o la destrucción del continente bajo la forma de golpes y contragolpes asestados mediante los sofisticados armamentos de destrucción masiva de la OTAN y Rusia. Esto no va de jugar a los soldaditos en el hogar de los otros, la aniquilación de ciudades enteras podría llegar a todos los sitios; y muchos de nuestros políticos y periódicos no hacen sino calentar la olla que contiene el desastre, que ya está sometida a una terrible presión.

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