30 junio 2024 (1): Buenas o malas noticias, según se mire
- Javier Garcia

- 30 jun 2024
- 2 Min. de lectura
Esta semana han saltado a los medios dos noticias relevantes, el acuerdo para la renovación del máximo organismo del poder judicial en España y la liberación de Julian Assange.
A primera vista, se trata de buenas nuevas, el PP deja de bloquear la constitucional renovación del Consejo General del Poder Judicial y el señor Assange va a disfrutar, al fin, de una libertad de la que estaba injustamente privado desde hace más de una década. Sin embargo, son plausibles otras lecturas de ambos acontecimientos, y no son tan optimistas; en el primero de los casos, constatamos que se produce un cierto retorno al tic bipartidista, tan dañino para la democracia española durante décadas, cuando había la posibilidad de enmendar la ley con los grupos que habían dado apoyo al presente ejecutivo progresista y mandar a hacer gárgaras las cavernas donde llevaban parapetados los jueces más conservadores desde hace un lustro. Sobre el segundo asunto basta constatar que la liberación del reo se ha producido tras admitir su culpabilidad y después de haber penado el supuesto delito en las cárceles de la que algún malpensado pudiera considerar colonia norteamericana en Europa. Todo ello, no solo hiere la honorabilidad del señor Assange, sino que justifica y hace más que probable la persecución del futuro ejercicio del derecho a la información, si este choca con los intereses de estados o empresas lo suficientemente poderosos como para imponer su ley en el contexto internacional.
Así que, insisto, no sé si festejar el desbloqueo y la liberación o lamentar el encastillamiento del régimen surgido durante la transición española, muy poco ejemplar, y celebrar que el cerebro de Wikileaks disfrute de una merecida libertad o temblar ante la posibilidad de que otros comunicadores que opten por desafiar al poder establecido sean silenciados o igualmente perseguidos y condenados. Así que lo que en el fondo resta es la sensación de que ciertos togados adornados con puñetas (o sea, que bien se les puede calificar de...) se han salido con la suya (extendido su mandato fuera de plazo e impuesta por más tiempo una justicia incongruente con los resultados electorales), y que las grandes potencias seguirán pudiendo cometer todo tipo de desmanes en cualquier lugar del mundo sin que siquiera lo sepamos.

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