3 de marzo de 2024 (1): El caso Koldo

Estamos viviendo el enésimo capítulo de la corrupción, nuevamente consistente en defraudar al erario público en la adquisición de un bien de primerísima necesidad, como lo fueron las mascarillas en tiempos de pandemia. En esta ocasión el protagonista ha sido un amigo del alma del ex ministro Ábalos que, en vez de entregar su acta de diputado, se ha pasado al grupo mixto con el propósito, imagino, de seguir cobrando y, al tiempo, beneficiarse de la inviolabilidad inherente al cargo, salvo delito manifiesto.

Lo curioso de esta nueva trama, desenmascarada no sé muy bien por qué ahora, es que en la misma han participado militantes de los dos grandes partidos nacionales, poniéndose de manifiesto que para eso de robar no hay colores políticos y que los mangantes se ponen de acuerdo con gran facilidad y prestancia si la perspectiva de trincar es prometedora.

Para el PSOE supone el segundo soplamocos en poco tiempo tras sus pobres resultados electorales en la tierra de las meigas. Y todavía no ha culminado con éxito la negociación pendiente con Junts para alcanzar un acuerdo para llevar la propuesta de ley de amnistía con éxito a las cámaras. Si a todo eso le sumamos el desastroso desencuentro de Sumar y Podemos, hay que reconocer que se ciernen negros nubarrones sobre el futuro de esta atormentada legislatura, asediada además por las recientes victorias de las fuerzas más ultramontanas en otros países del continente y los resultados favorables a la derecha más xenófoba que se auguran para las ya cercanas elecciones europeas.

Todo ello en medio de un ambiente de crispación internacional creciente, en el que prima más la locura nacionalista que el bienestar de los pueblos. Ahora, en vez de pensar cómo proporcionamos un futuro a unas cuantas generaciones a las que se ha privado del derecho a formar una familia e iniciar una carrera profesional. parece que lo único que procede es gastarnos el dinero que no tenemos en armarnos hasta los dientes frente a un enemigo al que se le suponen unas intenciones agresivas que nunca ha manifestado, y que se siempre va a la cola de las amenazas, si uno analiza las noticias con la frialdad que en estos casos se hace imprescindible.

Al único que le va bien en estas circunstancias es al amigo americano, que está haciendo el negocio del siglo con armas y combustibles fósiles, que nosotros le compramos servilmente, sin que se antepongan nunca nuestros intereses frente a los de sus grandes multinacionales.

Lo malo es que en esta coyuntura también está engordando el fascismo, que ya no oculta su perverso cariz y muestra su más feo rostro sin la vergüenza con que solía. Nos esperan muy malos tiempos; en España de la mano de un PP ultra liberal en lo económico, autoritario en lo político, confesional en lo religioso e intolerante en todo lo referente a la moral y las conductas privadas, de nuevo sometidas a escrutinio con los criterios de los tiempos del Concilio de Trento.

En fin, muy malas noticias para los librepensadores y para la gente que vive honradamente de su trabajo. Menos mal que está cerca la primavera, crece la luz y el mundo se colorea con la rica paleta de las innumerables flores. A ver si por lo menos la naturaleza nos da alguna buena noticia.