28 abril 2024 (2): El coche eléctrico en la encrucijada

La caída de ventas de vehículos eléctricos en el primer trimestre de este año y las escenas de coches esperando recargar las baterías en el regreso de la Semana Santa no auguran nada bueno.

Se le echa la culpa a la campaña de desinformación de algunos, pero es cierto que siguen siendo mucho más caros que sus equivalentes movidos por combustibles fósiles y que sus autonomías todavía están por debajo de las de sus competidores.

Por otro lado, la gente se siente rebelde ante unas medidas adoptadas por la Unión Europea en las ciudades que, más que limitar las emisiones, lo que limitan es el tránsito de los pobres, propietarios de los coches más antiguos.

Hay, pues, dos medidas que son imprescindibles para la electrificación, que los coches a baterías cuesten lo mismo que sus competidores tradicionales a igualdad de potencia y autonomía, y que se limiten las emisiones castigando a los mayores productores netos de las mismas (uno puede tener un coche muy eficiente, pero si se usa mucho terminará contaminando más que otro teóricamente más sucio pero que anda bastante menos), por ejemplo, limitando el transporte por carretera, desincentibándolo con nuevos impuestos y proponiendo un ferrocarril competitivo como alternativa, o que días pares e impares solo circulen por la ciudad los vehículos con matrículas de la misma paridad que la fecha.

Al tiempo, deberá crecer el porcentaje de producción eléctrica limpia, porque si se obtiene de centrales térmicas de carbón, como sucede ahora en Alemania a consecuencia de la ruptura con Rusia, estamos apañados.

Seamos serios, demos razones a la gente para que se sume al cambio hacia lo ecológico, devolvamos los centros de trabajo a la proximidad de los hogares y proporcionemos suficientes y economicos medios públicos de transporte, todo lo demás es clasista y no tiene ninguna posibilidad de éxito.