27 octubre 2024 (1): Muy poco ejemplares

Semana muy triste en términos políticos, porque hemos conocido las presuntas agresiones sexuales de Íñigo Errejón, ha continuado el culebrón del caso Koldo y se ha sabido que al novio de la señora Ayuso le vale cualquier gasto para intentar desgravar en la declaración a Hacienda, especialmente si ha incurrido en él por amor a la presidenta. Y todo eso sin que dejen de resonar las posibles prebendas y contratos, aparentemente logrados sin la competencia debida, que familiares y allegados de Feijóo han ganado ante la Xunta de Galicia. Y no he incluido hasta ahora el largo curso que les espera a los casos de los ingresos del señor Alvise y a la financiación de Vox desde entidades bancarias extranjeras.

Total, que no queda títere con cabeza, siendo especialmente doloroso lo del cara niño, que parece cuenta con largas manos y muy corto entendimiento. Sorprende sobremanera su carta de despedida-disculpa, porque se aferra a la versión del enfermo sin responsabilidad; supuesta víctima de las tensiones y la mala vida de político, cuando lo que se ha denunciado son tocamientos y besos no consentidos. Confunde el señor diputado el tocino con la velocidad, porque el estrés no es justificación para el comportamiento indecoroso y, menos, para las agresiones, de la naturaleza y gravedad denunciadas.

Otra cosa que se concluye de este doloroso embrollo es que los impresentables pueblan todo el espectro político y que la pulsión sexual no controlada no es el vicio de las clases bajas ni de los incultos, ni siquiera es exclusiva de los machos heterosexuales, sino que abunda entre cualquier colectivo humano que, antes de todo, está constituido por animales mamíferos erectos (y nunca un adjetivo puede ser más descriptivo) que desean copular mucho mientras piensan poco en los deseos y derechos de la contraparte.

Termino siendo un tanto heterodoxo o, si alguien considera pertinente vituperarme, patriarcal, rogando a las víctimas de estos injustificables ataques que los denuncien, pero inmediatamente, no tras años de haber ocurrido.