27 abril 2025 (2): Roma no paga...
- Javier Garcia

- 27 abr
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Actualizado: 10 jul
Nuestro presidente del gobierno acababa de anunciar que este año gastará más de diez mil millones de euros por encima de lo presupuestado en defensa y armamento y, no contento con eso, su gabinete confirmaba la compra de munición a Israel, que antes había negado por la locura de Gaza y que, debido a las presiones de sus aliados, vuelve a aplazar el señor Sánchez; aunque ese desdecirse no sé si es un movimiento calculado para que traguemos con el incremento del gasto militar, considerado un mal menor e inevitable tras la cancelación del pedido a la empresa hebrea.
Y todo eso lo hace contra lo que decía, lo que es mayoritariamente sentido por sus votantes y en clara confrontación con sus socios en el ejecutivo. Ante semejante deriva autoritaria (¿o no lo es hacer lo contrario que señalan tus siglas, traicionando a tus supuestos valores?) la pregunta que debemos formularnos los administrados es a quién y qué necesidades atiende su gestión.
Recuerdo en esta circunstancia que su antecesor en el cargo, y de otro supuesto color ideológico, ante el hecho patente de que había incumplido varios de sus más conocidos compromisos electorales, afirmó que no podía hacer otra cosa, dadas las circunstancias. Algo parecido argumentará este: que los ciudadanos de a pie somos unos mendrugos y en realidad no sabemos lo que necesitamos ni conocemos en profundidad los problemas que nos aquejan, y él sí. Pues que nos explique todo eso con el detalle requerido, a ver si nos convence, porque lo que parece es que ha cedido ante la presión de la denostada administración republicana norteamericana y el lobby del armamento.
También querría que justificara cómo gastando más dinero en una cosa las otras siguen contando con el mismo presupuesto, porque en mi economía familiar esa cuenta, con multiplicación de los panes y de los peces incluida, no me cuadra.
Sé que no va a a hacer nada de lo que aquí le ruego. Nos trata a los electores como si fuéramos niños pequeños, incapaces de entender las complejidades de la política. ¿O lo que ocurre es, simple y llanamente, que su gestión se somete, quiero pensar bajo no se sabe qué exigencias, a los dictados de los inconfesables intereses de potencias y empresas extranjeras y, lógicamente, no tiene justificación razonable alguna y le importan un comino nuestras quejas?
Lo peor de todo esto es que la ciudadanía tiene ya asumido que, vote lo que vote, aquí y más allá, la acción política obedece los mandatos del capital. No es pues de extrañar la abstención rampante y el desinterés por lo público. Caminamos, digo galopamos, hacia un sistema universal dictatorial donde solo se atienden los intereses de quienes tienen el poder económico que, por cierto, ya empiezan a probar la gobernanza directa de sus asuntos.
Termino señalando lo obvio. Si los socios del PSOE son coherentes con su posición ideológica deberán abandonar este ejecutivo y, con ello, propiciarán su caída por la falta de apoyos parlamentarios suficientes. Será la derecha quien ocupe el espacio gubernamental para seguir sirviendo a los mismos señores, a partir de ahí con el beneplácito de medios de comunicación y opinadores comprados. ¡Señor, qué desgracia!

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