25 agosto 2024 (2): El verano expira

Escribo esto en el último fin de semana de agosto. Lo que quiere decir que, para muchísimos trabajadores, se acaba o ya se ha acabado el tiempo de vacaciones mientras que, en un par de semanas más, también los estudiantes habrán agotado su más dilatado ocio e incorporado a las aulas.

Es en estas fechas cuando descubrimos que los problemas que aparcamos siguen ahí, que el tiempo no sana sino que pudre, y que hemos de hacer frente a las dificultades más temprano o más tarde; peor aún, si demoramos nuestra reacción será cada vez más complicado enmendar el curso de los acontecimientos.

Es lo que también ocurre en la política internacional. Israel y Hamás han rechazado la, seguro que deficiente, propuesta de tregua cocinada entre los Estados Unidos y Qatar, mientras que la incursión ucraniana en territorio ruso no contribuirá sino a avivar el fuego del conflicto y la inacción ante los enfrentamientos en Sudán agravará la tragedia de la hambruna.

Eso sí, entretanto la candidata demócrata a la presidencia yanqui se ha dado un baño de apoyos, sin decir ni media acerca de la responsabilidad que le compete en esas tragedias globales, como vicepresidenta de la superpotencia mundial.

Por aquí seguimos mareando la perdiz con la cuestión económica catalana y entreteniéndonos con tendenciosos análisis de crímenes horribles, de los que solo son culpables sus autores, pertenezcan a la mayoría o minoría social que sea.

En fin, que en buena medida deseo el retorno a la normalidad. Por lo menos en ese contexto laborioso se hará más difícil tirar balones fuera, y los responsables de cada negociado habrán de asumir las cargas que les competen.

Un abrazo entrañable para los pocos, pero valiosísimos, que seguís este prescindible blog.