24 noviembre 2024 (2): A misilazo limpio

El achacoso presidente saliente norteamericano ha decidido hacer el último favor a su industria armamentística y autorizado a Ucrania el uso de sus misiles de largo alcance para bombardear territorio ruso. Cosa que el gobierno de Zelenski ha puesto en práctica de inmediato, al tiempo que los mamporreros de Europa Occidental han hecho lo mismo que su patrón, no vaya a ser que se enfade el primo de zumosol.

Pero como donde las dan las toman, el enemigo eslavo se ha sacado de la manga un cohete hipersónico de medio alcance, que sus contrarios lo califican de "secreto", imagino que argumentando que desconocían su existencia, y volado por los aires una fábrica de armamento ucraniana.

No creo que se repitan esa clase de lanzamientos por ninguno de los dos bandos, porque a los primeros les ha quedado claro lo que puede pasar si al misil hipersónico se le dota de varias cabezas nucleares y golpea algunas bases de la OTAN, y el pueblo de los segundos difícilmente soportaría estar bajo la amenaza constante de la artillería que proviene del Oeste.

Este empate en el disparate de la violencia desaforada reitera a los belicistas que la única alternativa a este conflicto, como la de todos los demás, es sentarse alrededor de una mesa y encontrar unos mínimos aceptables por las dos partes. Opción, por cierto, negada una y mil veces por los Estados Unidos y sus serviles aliados europeos, que oficialmente insisten en ese dislate de "hasta la victoria final", en una guerra de la que conocen su verdadera conclusión desde el principio, y no es la que proclaman como viable.

Lo único cierto es que la muerte de unos es el negocio de los otros. Y quien más está sufriendo ser carne de cañón es el pueblo ucraniano. Así que, si los comerciantes del horror insisten en sus mortales ventas, otra posibilidad para el final de la matanza es que las víctimas se harten de serlo y manden a sus dirigentes al baúl de la historia, eligiendo nuevos representantes que sí estén dispuestos a negociar una salida pacífica a tanta miseria.