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24 marzo2024 (1): Borriquito

  • Foto del escritor: Javier Garcia
    Javier Garcia
  • 24 mar 2024
  • 2 Min. de lectura

Hoy es domingo de ramos, ocasión odiosa durante mi tierna infancia porque en su misa se leía un inacabable evangelio, con detalles de tortura terribles, para mayor sufrimiento de los parroquianos.

Según, no sé si el año, la recomendación vaticana, la propuesta del obispo o la decisión del oficiante, se escuchaba la versión de la pasión de uno de los cuatro evangelistas o, no recuerdo bien, una amalgama de las varias narraciones. En cualquier caso, la cosa se alargaba hasta la extenuación de los escuchantes a la par que se iban encogiendo nuestros corazones ante tanto dolor. Por eso se debieron inventar la procesión que recuerda la entrada de Jesucristo en Jerusalén a lomos de un simpático borrico, a la que se acudía con palmas o ramas de olivo, con el propósito de hacer más digerible la terrible misa que vengo lamentando.

Con ello se daba comienzo a una semana lúgubre, privados de espectáculos, incluida cualquier película que no contara algo sagrado para el cristianismo, cerrados a cal y canto los bares e impuestas varias limitaciones a la ingesta de determinados alimentos o al número de comidas.

Pero el mundo gira en la inmensidad del cosmos a mayor velocidad de lo que algunos imaginan, y ahora es el tiempo de las vacaciones de primavera; que incluyen el esquí de fin de temporada y la mayor operación salida del año a cualquier rincón que nos permita cambiar de aires. Las saetas han derivado en música discotequera y el ayuno y la abstinencia han dejado paso al consumo desaforado de cualquier cosa que se pueda ingerir, inspirar o inyectar.

Dioses sigue habiéndolos, pero los de reciente creación no exigen más sacrificio que el generoso pago por los servicios prestados. Los antiguos continuan desfilando en estas fechas, pero más como reclamos turísticos que como adorables entes.

A mí no me subyugan ni los señores del dolor ni los amos de las vidas disipadas. En estas fechas tan señaladas prefiero sintonizar con los primeros inventores de esta verbena, que no son otros que los antiguos festejadores del fin del invierno y el comienzo de la primavera, gozando de las flores y del volver de la vida en todas sus formas. Viva el tiempo del renacimiento, que acaba con el lapso del frío y la zozobra.

 
 
 

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1 comentario


Luis Fernandez Ovalle
02 abr 2024

no sospechabas la semana de frío y lluvia que te esperaba

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