23 marzo 2025 (2): Sobramos (casi) todos
- Javier Garcia

- 23 mar
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En este sucio mundo del primer cuarto del siglo XXI no se valora lo humano, ni lo animal, y menos desde la irrupción de la denominada inteligencia artificial. Sobran los titulados superiores y, oh sorpresa, también los trabajadores menos cualificados, sobran los jóvenes autóctonos porque están tan acomodados que, insolentes, declaran que quieren vivir como sus padres, sobran los inmigrantes, que ya son demasiados y, además, empiezan a exigir sueldos y trato dignos, sobramos los pensionistas, qué vicio es ese de pretender vivir del cuento, debiéramos de ser más solidarios y estirar la pata pronto para no incurrir en gastos innecesarios que arruinan las arcas de las empresas contribuyentes, sobran los que exhiben pensamiento propio, con el esfuerzo que cuesta alinear y alienar mentes, sobran los discrepantes, que critican el militarismo galopante y, por eso, pueden ocasionar pérdidas mil millonarias a la pujante industria de la destrucción y la muerte, sobran sociedades enteras, que tienen la desfachatez de oponerse a los designios del dinero y hasta del Altísimo, que solo hace caso a un solo pueblo elegido, sobran los países que porfían por mantener su independencia política y económica, sobran los partidos políticos y las organizaciones sociales que denuncian la injusticia y los abusos de los que más tienen, sobran la lectura y la libre información, no vaya a ser que la gente se persuada de que el mundo no es el que describen los monopolistas de los megáfonos, sobran hasta los animales que no comemos, y para muestra basta el ejemplo bochornoso de los partidos políticos que han acordado eliminar la protección del lobo.
Para algunos iluminados por su avaricia tantos excedentes no tienen otra solución que la guerra global y vuelta a empezar, con mucha menos gente (por supuesto que esos brillantes genios del mal se quieren garantizar un espacio entre los supervivientes), muchas más cosas por hacer y de las cuales extraer beneficio y más espacio y recursos no compartidos, solo para ellos. Ellos, que son los únicos que no sobran, los que, pese a no pegar un palo al agua, son los necesarios. Creen que pueden prescindir hasta de los actuales sirvientes, que limpian sus inmundicias, sustituyéndolos por una suerte de "ushebits" robóticos. El problema que tiene la "solución" de estos codiciosos es que sus negocios se sustentan sobre una masa de consumidores enorme y los mil millonarios, pese a su enorme capacidad adquisitiva, son poca cosa como compradores. Es más, si la siguiente guerra mundial fuera alguna vez una realidad, exterminada la mayor parte de la población, hasta las empresas de armamento deberían cerrar.

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