20 abril 2025 (2): Lo útil y lo que choca con el sentido común
- Javier Garcia
- 20 abr
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Me ha impulsado a escribir este artículo una foto de una cantante española actuando a caballo sobre un fornido muchacho. Imaginad si la situación fuera justo la inversa. Y todo ello la semana que me entero de que en la última película de Blancanieves no se empleó intérpretes de pequeña estatura para personificar a los enanos del cuento, con el pretexto de no ofender a quienes tienen ese problema (me imagino el cabreo de los actores que, para protegerlos, los dejaron sin empleo), y a la protagonista no la despertó el beso del príncipe, imagino que porque el ósculo no fue explícitamente consentido. A estos desmanes artísticos, que reescriben obras literarias concebidas hace siglos, se unen, en tiempos también relativamente recientes, el protagonismo de individuos trans, las modelos manifiestamente fuera de cualquier canon estético de cualquier época, la Sirenita negra y las numerosas heroínas peliculeras que, pesando allá por los cuarenta y cinco kilos (con estas sí se respetan los estándares de belleza actualmente vigentes), destrozan a golpes a gigantes de más de cien y una altura superior al uno noventa.
Flaco servicio hacen todas estas payasadas a la libertad de género (ojo, sin privilegios y sin atentar contra los derechos de quienes sincronizan su género con su sexo), a la integración laboral y económica de las personas con discapacidad, a las mujeres y a los colectivos racializados o de preferencias sexuales minoritarias.
Y no solo no contribuyen positivamente a construir una convivencia más integrada y libre de prejuicios y discriminaciones, sino que dan un asidero a los intolerantes de siempre para retornar a puntos de vista y concepciones sociales perjudiciales para el débil o el diferente. Tan es así que se está aprovechando toda esta demagogia para generar entre los varones heterosexuales muy jóvenes un sentimiento, más compartido de lo que pudiera parecer, de que se los minusvalora y discrimina.
Y lo siento, pero esta moda de lo woke no es de izquierdas: peor aún, todos estos remilgos de salón sirven para no hablar del problema medular de nuestra sociedad: que mujeres, hombres, hetero y homosexuales, transgéneros, blancos, negros, altos y bajitos sufren la precariedad laboral, los sueldos de mierda y los precios desaforados.
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