2 marzo 2025 (2): Ucrania, sinónimo de la amoralidad y la poca educación imperantes
- Javier Garcia
- 2 mar
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 4 mar
Me inquieta, y molesta, tener que escribir un fin de semana y al siguiente también acerca de los aconteceres con los que nos sorprende la estepa. Esta semana hemos sabido de los intentos de los Estados Unidos y de Francia por hacerse con la explotación de los lantánidos ucranianos. O sea, que tanto hablar de legalidad internacional y demás buenismos y resulta que lo que persiguen los supuestos benefactores no es sino colocarse ventajosamente en la carrera global por las materias primas estratégicas que se adivina en el inmediato horizonte.
Para hablar de un acuerdo de explotación conjunta de estos elementos clave en la electrónica se desplazó anteayer a Washington el señor Zelenski. Lo que no imaginábamos es que su encuentro con el vice y el presidente norteamericanos derivara en una bronca tabernaria. Enfrentamiento que tuvo lugar porque el uno sobrevaloraba su apoyo armamentístico y quitaba relevancia a las joyas minerales ucranianas y el otro creía que estaba en condiciones de chantajear al gigante de los gigantes con sus recursos naturales en la mismísima Casa Blanca. Y todo ello al estilo actual: sin atisbo de educación.
Probablemente a ninguno de los dos lo asiste la completa razón y, desde luego, han mostrado al mundo lo relevante que es la diplomacia y lo poco que actualmente se la tiene en cuenta. El espectáculo retransmitido en directo es lamentable, dice mucho sobre el embrutecimiento colectivo que estamos experimentando e inquieta porque por ese camino todos los conflictos amenazan con desbocarse y concluir en un desastre global de dimensiones imposibles de delimitar.
Mientras se interpretaba esta farsa (tampoco puedo descartar que lo de Washington haya sido mero teatro para despistar al ruso), el señor Trump y el señor Putin dicen seguir en estrecho contacto para hallar una solución a la guerra en Ucrania, pero ni el uno ha levantado ninguna sanción ni retirado la ayuda militar a su supuesto aliado, a la vez que objeto de sus pullas, ni el otro ha manifestado otra cosa sino las reivindicaciones que puso sobre la mesa para justificar el principio de las hostilidades.
No sé, me da que la guerra continuará hasta la victoria final de Rusia o la debacle colectiva de este continente, sumando más y más víctimas de ambos bandos y aún de los gobernados de la Europa Occidental, incluyendo los que representa el pizpireto Sánchez, ya que él y sus colegas comunitarios hablan abiertamente de mandar contingentes militares al área en conflicto mientras siguen defendiendo el discurso de Zelenski y su gabinete, quienes ya sabemos que hace mucho han perdido el sentido de la realidad. De locos.
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