19 enero 2025 (2): ¿Emisión de gases de efecto invernadero, intolerable? Depende quiénes y por qué los emitan

A la par que se hacía saber la pretensión de las administraciones europeas de extender la prohibición de circular a los denominados vehículos contaminantes en un montón de otras ciudades de medio y pequeño tamaño, el pasado miércoles las publicaciones científicas "Nature" y "Nature Communications" daban a conocer los resultados de un estudio, llevado a cabo por un equipo de setenta científicos, que revela que el sabotaje que destruyó el gaseoducto Nord Stream, sucedido en septiembre de 2022, liberó a la atmósfera unas 465.000 toneladas de metano, equivalentes en su efecto invernadero a las emisiones de ocho millones de coches moviéndose lo estándar durante todo un año.

A día de hoy no hay versión oficial alguna de quién y cómo atentó contra esta infraestructura, aunque se está imponiendo la teoría de que fue obra de la fuerza militar ucraniana, soportada técnicamente, porque de otro modo no hubiera sido capaz, por la tecnología de la alianza occidental.

Si esto es cierto, y es muy verosímil que lo sea, los mismos que muestran un extraordinario celo en limitar la libertad de movimiento de los más pobres, puesto que estos son los propietarios de los coches más viejos y contaminantes, tienen una manga extraordinariamente ancha a la hora de juzgar otros atentados medioambientales si estos se cometen con el propósito de salvaguardar los fines estratégicos del sistema.

Y ello sin que hablemos de que se sigue sin acometer medida seria alguna para acabar con la invasión de sucios camiones que sufren nuestras carreteras, cuando el medio agradecería que fuera el tren quien desempeñara semejante tarea de carga. En este caso porque el lobby de las empresas del transporte es muy poderoso y ni la Comisión Europea ni ninguno de los gobiernos nacionales tiene lo que hay que tener para parar esta fuente de polución y, dicho sea de paso, de carga fiscal para toda la ciudadanía, que es la que mantiene las vías de circulación.

No sé si comprarme un Lamborghini o un Ferrari, o media docena de estos reyes de la velocidad; porque, pese a que queman cantidades ingentes de combustible por unidad de distancia recorrida, son calificados de "limpios" por la actual normativa (son vehículos a gasolina de nueva tecnología), y puedo circular con ellos por donde me dé la gana.