19 enero 2025 (1): Fuese y no hubo nada
- Javier Garcia

- 19 ene
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 31 mar
Hace pocos días ha sido la proclamación como Presidente de la República Bolivariana de Venezuela de Nicolás Maduro, por otros seis años más. Cualquiera que haya leído la prensa durante estos últimos meses sabe de lo polémico del proceso electoral y, sobre todo, del recuento de los votos.
En su momento expresé en este mismo blog mi insatisfacción y duda acerca del curso de las elecciones, en medio de las posiciones enfrentadas del oficialismo chavista y de la oposición, creo que mayoritariamente reaccionaria. Y lamento tener que constatar que sigo en el mismo estado de confusión a ese respecto. Quienes defienden la candidatura de Edmundo González, que son la práctica totalidad de los medios y políticos que me rodean, afirman que el régimen no ha mostrado las famosas actas de las mesas electorales. Y aquí la primera pregunta que me formulo es en qué votación de los países que nos consideramos inmaculadamente democráticos están todas las actas, de todos los colegios, a la disposición del público o, más peliagudo aún, de organizaciones internacionales vigilantes de los comicios; más bien lo que ocurre es que hay una confianza en la eficacia y honorabilidad del sistema de recuento por el buen hacer de los ciudadanos llamados a ejercer su obligación como responsables de mesa, debidamente fiscalizados por los interventores de los diferentes partidos competidores, y de la judicatura, última depositaria de las famosas actas. Así que mi siguiente duda es qué se le pide exactamente a Venezuela que sé que por estos lares no se hace.
Dicho esto, me repudia que el chavismo, ante tanta crítica, no haya hecho el menor esfuerzo por demostrar la limpieza del proceso, pero a la vez tampoco entiendo por qué se da por descontada la victoria del opositor, cuando la información que le favorece es igualmente insuficiente; que yo sepa su partido o movimiento no ha enseñado, con ciertas garantías de autenticidad, más que un número limitado de actas, cuando es sabido que, por mediación de los interventores, se tiene acceso a todas ellas.
Fuese como fuera, para el mundo occidental el triunfo de Edmundo González es incontestable y en calidad de supuesto presidente electo ha hecho una gira, iniciada desde su refugio político en Madrid, que está sirviendo para visitar a varios mandatarios latinoamericanos, qué casualidad, la mayoría de ellos del ala más derechista (creo que empezó con el insufrible Milei, nada ejemplar como demócrata). Gira que, por cierto, decían tenía término en Caracas para ser investido como presidente del país.
Como dice el estrambote del famoso soneto de Cervantes, "fuese y no hubo nada". O sea, que la cosa quedó en una simple balandronada, ya que González es un señor mayor, prudente y acostumbrado a una amable existencia, que no está para nada dispuesto a ofrecerse como víctima propiciatoria con el objetivo de llevar un nuevo régimen a Venezuela; y hace muy bien, que la vida es muy corta, especialmente cuando se tiene sus años, y hay que disfrutarla.
Dice que espera a circunstancias más favorables para retornar al país petrolero, entre las que destaca la intervención del ejército en su favor. Todo muy democrático y no sé cuán probable, ejem.

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