16 marzo 2025 (2): La razón pierde
- Javier Garcia

- 16 mar
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Actualizado: 18 mar
Estos días se habla de un buen número de contenciosos nacionales e internacionales que tienen culpables y víctimas. Mi ingenuo buenismo me hace confiar en que los damnificados serán compensados y los culpables del sufrimiento y las miserias de la mayoría se enfrentarán a un justo castigo.
Sin embargo la historia es testaruda: siempre vence el poder y, desgraciadamente, el poder lo suelen detentar los malos. No sé si es que la maldad es la mejor opción para ser poderoso o si, por el contrario, primero se gana poder y este pervierte hasta el extremo de suscitar lo más bajo y malicioso de la condición humana. O, alternativamente, y perdóneseme el abuso de las disyuntivas, los acontecimientos en cualquier organización humana se mueven a lo largo de un vil círculo vicioso de modo que el poder fortalece los más bajos instintos o, girando en sentido contrario, la perversidad otorga triunfos en la lucha por liderar las aulas, las empresas o los cargos políticos.
Sea como fuere, primero el huevo o antes la gallina, rotando en el sentido de las agujas del reloj o en el opuesto, la verdad es que muy pocas veces se compensa a las víctimas o mejoran las condiciones de los sometidos y, cuando eso ocurre, esa situación es lábil, se disuelve en el tiempo y en el espacio a la menor perturbación; parece como si los estados humanos de mínima energía se asociaran con el egoísmo, el éxito a costa de la defenestración maliciosa del competidor y la impunidad de las peores acciones.
Así que no espero ni siquiera que la verdad brille, es bien sabido que es la primera caída de todo enfrentamiento. Si acaso el poder, o el mal, que es casi lo mismo, suele ofrecer como tributo a su persistencia el sacrificio de alguno de sus esbirros, casi siempre de los más prescindibles, de los más débiles entre los fuertes. Por eso creo que acontecimientos inminentes tendrán que ver con la caída de algún perverso de segunda división, pero no dudéis de que los principales culpables se irán de rositas y sus obras pervivirán.

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