15 septiembre 2024 (2): Machistas o asesinos

Continúa el inaceptable goteo de mujeres muertas violentamente por sus parejas o ex parejas, cuando no las violaciones o los casos de violencia vicaria, en los que las víctimas son los hijos de la infortunada fémina.

La literatura periodística, y hasta el lenguaje jurídico, han dado en calificar a estos abominables crímenes como machistas. Permitidme los correctos que discrepe, si intolerable era aquello de "homicidios o maltratos pasionales", creo que el término "machista" tampoco ayuda a combatir la plaga.

Veréis, en mi opinión machista es relegar a la mujer a tareas y status subordinados, aun en el propio hogar, rechazando el igual compromiso a la hora de cocinar, lavar o cuidar de la prole; preferir a un hombre, antes que una mujer con mayores méritos, para un determinado puesto de trabajo; dudar de las aptitudes profesionales de las mujeres en empleos o actividades que habían sido exclusivos del género masculino; en definitiva, poner en cuestión la igualdad de capacidades y, de ese modo, negar la justicia en la calidad de vida, los nombramientos y salarios.

Lo otro, lo de someter a la pareja a una sistemática violencia psicológica, pegar o asesinar, es algo muy diferente. Es maldad pura y dura, ejercida desde la única superioridad evidente de los machos humanos, la física. Por eso soy partidario de diferenciar el machismo, que sí puede ser combatido con la educación y las medidas laborales disciplinarias o administrativas pertinentes, del delito flagrante, que solo puede enfrentarse castigando ejemplar y disuasivamente a los culpables a la vez que se ponen todos los recursos públicos necesarios para proteger a quienes han sido, o es probable que vayan a ser, víctimas de esa gentuza.

Sé que no es fácil la tarea, porque esa clase de criminales han existido siempre, pero nunca antes se había contado con el mismo grado de concienciación colectiva en torno a esta terrible lacra, ni con los medios para combatir a estos canallas eficazmente.

Añado, por supuesto, que convendría que en materia tan humanitaria no hubiera discrepancias políticas basadas en una supuesta "desigualdad inversa". Es cierto que también hay asesinatos perpetrados por mujeres, cuyas víctimas son sus parejas masculinas, pero son casos mucho menos frecuentes que no requieren de políticas específicas, más allá de lo que estipula el Código Penal para tales delitos.