15 septiembre 2024 (1): Ponga un Maduro en la vida de los españoles
- Javier Garcia

- 15 sept 2024
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 17 oct 2024
Diré, como usan por los lares hispanoamericanos, que a la derecha española le importa un carajo Venezuela, pero constituye una buena arma arrojadiza contra la estabilidad de la mayoría parlamentaria que sostiene al actual gobierno de este lado del océano. Así que ha aprovechado el ruido ocasionado por un escrutinio discutido y discutible en los comicios generales del país bolivariano (no me fío de lo que publica Maduro, pero tampoco de lo que afirma su oposición reaccionaria y, menos aún, de lo que difunden asociaciones "democráticas" afines a los intereses del intervencionismo) para armarla aquí, atravesando el Atlántico.
Desafortunadamente, de la mano del PNV (qué pronto se empiezan a materializar los temores que expresé en mi artículo "En Francia ganó la derecha, y en Alemania también"), la reacción ibérica ha conseguido una declaración insólita e injerente en los asuntos internos de otro país soberano, declarando nuestro Parlamento vencedor de los comicios presidenciales venezolanos a Edmundo González, ahora exiliado en España y cuyas evidencias de victoria son, en el mejor de los casos, lo mismo de escuálidas que las de la candidatura oficialista. Este increíble posicionamiento de nuestros congresistas es aún más chocante si se tiene en cuenta que contraviene la actitud de prudencia adoptada en el ámbito de la Unión Europea y, además, pone en riesgo una relación comercial del máximo interés para nuestro país que, dicho sea de paso, no muestra ningún reparo en mantener las formas y un discreto silencio ante dictaduras de libro, si con ello vende o compra lo que le interesa.
Además, estoy harto de que me hablen de Venezuela, porque a mí lo que me preocupa es el desmantelamiento industrial y de la sanidad pública en este país; y porque en peor situación que la de la patria de Bolibar hay decenas y decenas de estados calamitosos, de los que no se dice ni pío porque simplemente no poseen ningún bien envidiable o, si lo tenían, hace tiempo que se lo quitaron las aves de rapiña que nos sobrevuelan a todos, de modo y manera que, si la ocasión es propicia, se ciernen sobre el debilitado para después volar en picado hacia él y devorarlo sin miramientos.

Comentarios