12 enero 2025 (1): Felipe VI en su nada fácil papel institucional
- Javier Garcia

- 12 ene
- 2 Min. de lectura
El rey ha comunicado que, por razones de agenda, no asistirá al encuentro de presentación de la serie de actos que el Gobierno ha lanzado para conmemorar el medio siglo sin el dictador que vino de África y denominada "España: 50 años en libertad". Sí se incorporará a los siguientes eventos con una visita institucional a los campos nazis de exterminio y para recordar el papel de la monarquía en la denominada transición.
Si yo fuera consejero de la Casa Real no hubiera suscrito tal decisión porque, aunque la ausencia obedezca a las razones que se dicen, un mal pensado podría considerar que se alinea con el PP, que ya ha criticado al ejecutivo por los contenidos de la celebración, y añadido que solo estaría dispuesto a honrar la transición, la constitución y la llegada de la democracia.
Hace aún más peligrosa para su prestigio la ausencia de Felipe VI del acto organizado el hecho de que la restauración borbónica fuera cosa del autoproclamado caudillo de España por la gracia de dios, y se materializara en la persona de su padre, que otro avieso interpretaría como la razón última para no desairar la figura histórica del golpista de Ferrol y, de paso, poner en jaque a su propia institución, renacida por la tal voluntad, ejercida en un contexto para nada democrático.
El rey es el Jefe del Estado, o sea que representa al conjunto completo de la ciudadanía, y su figura no puede sufrir mayor deterioro que el generado al ser vista como alineada con determinados grupos políticos o, peor, como próxima a la dictadura que mantuvo este país alejado de Europa durante cuatro décadas. Así pues, prudencia y neutralidad son las virtudes que alargarán la vida de la institución monárquica. Cualquier otra posición adelantará el retorno de la República, que tantos consideramos la mejor forma del Estado.

Comentarios