31 agosto 2025 (2): La maldad no distingue entre los humanos

Esta pasada semana ha habido que lamentar otro de esos tiroteos absurdos que con frecuencia se desencadenan en los Estados Unidos y que en esta ocasión ha costado la vida de tres niños y las heridas de casi dos decenas más. De sobra está decir que estas tragedias ocurren porque los intereses económicos frenan cualquier medida que restrinja la venta incontrolada de armas de fuego, pero en esta ocasión no quería hablar de eso.

Es el caso que el asesino, ¿o la asesina, por qué no?, era un, una transexual, ex alumno o ex alumna, como gustéis, del colegio católico que tiroteó, con el trágico balance que más arriba comento.

Llama la atención que, llevados por la corrección política, algunos de nuestros diarios supuestamente progresistas se empeñan en calificar de hombre, el género saco de todos los golpes, a alguien que, por lo menos en su aspecto exterior, había decidido presentarse ante el mundo como mujer y, supongo, deseaba que de ese modo la consideraran a todos los efectos.

Así que sí, también hay mujeres, y hasta transexuales, perversas. El mal, desgraciadamente, puede anidar en cualquier psique y no hay sexo, ni género, ni raza, ni clase social, ni creencia religiosa, ni ideología política, ni profesión libre de los monstruos. Por cierto, el criminal de esta ocasión (lo califico en genérico y, por tanto, empleando el masculino y terminando por coincidir, por una razón completamente diferente, con la terminología empleada por algún diario) hablaba de cómo acabar con la vida de Donald Trump, por lo que tampoco era de la denostada cuerda del presidente norteamericano.

Así que a los medios les ruego dos cosas: que contemplen la posibilidad de que la vileza anide en cualquier corazón (no siempre los hombres heterosexuales hemos de ser los perversos) y que empleen coherentemente, y siempre de la misma forma, la gramática con la que se refieren a unos u otros humanos. La causa progresista lo agradecería.